Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


La invasión de los envases de plástico

17/06/2020

LA pandemia  ha vuelto a poner como protagonistas a los envases plásticos que sólo unos meses atrás parecían estar en serio retroceso y también la mentalidad de los consumidores hacia su reciclaje y utilización menor. El virus dichosos parece haber dado nuevas alas a esta lacra que permanece indestructible y cuyos restos han sido hallados hasta el en Ártico. 
Actualmente podemos encontrar este componente en los productos más insospechados y no sólo en las famosas y típicas bolsas que son las más conocidas. El consumidor tiene una vez más, en su mano, el poder frenar algo el avance de este tipo de envases, pero han de ser las empresas y gobiernos de turno los que deben tener un compromiso serio para su eliminación en todos los productos que no resulten realmente imprescindibles. 
Los envases de un solo uso han proliferado de tal forma que lo invaden todo. Existen de todos los tipos tamaños y formatos y las empresas fabricantes no se hacen cargo de estos residuos que producen. Está claro que no existe un sistema totalmente eficaz de recogida. Además el coronavirus ha disparado la fabricación y consumo de elementos de seguridad e higiene como son los guantes mascarillas, ropa quirúrgica, envases para geles hidroalcohólicos, entre otros muchos más.
El consumo en restaurantes disminuyó pero el aumento de la demanda de comida a domicilio también ha incrementado el uso de las bolsas y envases.
-¿Pero hay solución?
-Pues existen ya desde hace años tanto bolsas biológicas hechas con polímeros naturales que son totalmente reciclables y no contaminantes, así como platos, vasos y envases para alimentos que tienen las propiedades de los plásticos típicos o muy parecidas e incluso superiores ya que algunos proporcionan una buena barrera contra la oxidación de los alimentos que protegen, lo que hace que se conserven mejor y reduzcan el desperdicio alimentario.
Los más solidarios y a la vez avanzados en nuestra ciudad, incluidos varios establecimientos de hostelería ya ofrecían a sus clientes este tipo de elementos en caso de querer llevar las sobras de comida a casa, y también en algunas superficies de alimentación y diversos supermercados abulenses, ante la prohibición «puramente teórica» de las bolsas de plástico porque si las pagas te las dan, existen otras ecológicas que también podemos encontrar aquí; están realizadas con féculas de patatas o ingredientes similares totalmente reciclables, biosolubles y no contaminantes.
Pero claro, si miramos a un lado o a otro seguiremos viendo todo envuelto en plástico «del otro», del que ha conseguido llegar hasta el Polo Norte e invadir también la Antártida.
Mientras llegue el momento de su eliminación total, si es que algún día lo hace, tenemos que optar por el aprovechamiento y el reciclaje y siempre que sea posible utilizar envases de vidrio cuya vida útil es mucho mayor y totalmente reciclable. De todos los modos no estaría mal que pusieran máquinas para devolver envases plásticos a cambio de unos céntimos como hacen en otros países europeos, seguro que se reciclaba mucho, mucho más...  :-()