Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Mucho ruido

26/12/2022

Eso es lo que viene habiendo en el ambiente, mucho ruido, demasiado ruido. En la política, desde luego, y también en la sociedad. Cada día es más difícil escuchar algún razonamiento tranquilo de alguien, una exposición sosegada de lo que alguien piensa, una contraposición de ideas amistosa y respetuosa. Parece como si todos tuvieran su discurso cerrado de antemano, dispuesto para ser convertido en soflama a las primeras de cambio, y nada, ningún argumento, tuviera la más mínima posibilidad de alterarlo.

Lo hemos visto últimamente, a propósito de la aparición en escena del Tribunal Constitucional con una polémica decisión. Y es curioso: esa decisión era relativamente simple, si se aprecia su significado con suficiente rigor jurídico. Se trataba de valorar si unas determinadas medidas, incluidas como enmiendas en una proposición de ley en trámite que no tenía ninguna relación con el contenido de tales enmiendas, habían sido correctamente incorporadas. Ha sido esa una práctica bastante frecuente, y el propio Tribunal ha resuelto en bastantes ocasiones que tal práctica no es acorde con el procedimiento parlamentario porque impide aplicar las reglas de la contraposición de iniciativas que es de esencia en el funcionamiento de una institución esencialmente plural como es el Parlamento. De manera que el Tribunal decidió ene se sentido y ordenó retirar las citadas enmiendas. Ni ordenó detener el debate de la proposición de ley a la que se pretendían incorporar, que era la tan comentada reforma del Código Penal, para suprimir la sedición y reformar la malversación; ni ha impedido llevar al Parlamento, por la vía correcta de un proyecto de ley, los asuntos que se introdujeron vía enmienda, que eran unas reformas para facilitar la renovación de miembros del propio Tribunal Constitucional. Lo dudoso estaba en que el pronunciamiento del Tribunal haya sido previo a la aprobación, interfiriendo en el trámite parlamentario en marcha, y no posterior, como también hubiera sido posible mediante un recurso de amparo, o de inconstitucionalidad.

Y a la vista está que las reacciones han buscado de inmediato el trazo grueso de la soflama política, en vez del análisis ponderado del problema jurídico. Pero salvo que las navidades y el nuevo año, que les deseo próspero y feliz, lo cambie, me parece que tendremos que habituarnos al ruido, si es que no lo estuviéramos ya.