Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Solidaridad 'made' in Castilla y León

09/11/2022

Del carácter de los ciudadanos de Castilla y León se podrán decir muchas cosas, algunas de ellas fruto de estereotipos y atávicos complejos. Pero, sin duda, uno de los adjetivos que mejor definen esa impronta o ADN es el de que son (somos) personas solidarias. Basta comprobar lo sucedido el pasado domingo tanto en Valladolid como en Salamanca, ciudades que acogieron sendas marchas en beneficio de la lucha contra el cáncer, con más de 62.000 inscritos entre ambas convocatorias. A los que se suman otros 21.000 en las celebradas en octubre en Palencia, Segovia, Soria y Zamora. León congregó ese mismo mes a 5.500 mujeres en apoyo a la investigación del cáncer de mama. Y con anterioridad a estas fechas, en Burgos salieron a la calle 4.000 personas y otras 2.800 en Ávila.
Cifras que por sí solas indican mucho y bien de ese carácter solidario propio de las gentes de Castilla y León y a las que, para ser exactos, habrá que adjuntar otros cuantos miles de participantes registrados en iniciativas similares en varias poblaciones de la Comunidad. Además, también debemos reconocer esa noble actitud por parte de sponsors y donantes, que completan la financiación de las asociaciones de lucha contra el cáncer.
Las cifras, en este caso, no son meros dígitos ni números para la estadística. ¡Qué va! Son la demostración empírica de que las marchas solidarias son ejemplo de compromiso colectivo a favor de la vida y la investigación. Una enfermedad cuya lucha nos atañe a todos de un modo u otro. Sólo en España, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres serán diagnosticados de esta cruel dolencia a lo largo de su vida, lo que corrobora que el cáncer es igual para todos, aunque cierto es también que no todos somos iguales frente al cáncer.
Prevención, hábitos saludables, respaldo inequívoco a la investigación y concienciación social son los mejores aliados de los tratamientos. Pero tampoco olvidemos que las acciones solidarias, como las protagonizadas por todos esos miles de ciudadanos, son igualmente la mejor medicina para los pacientes. Y aquí, en Castilla y León, podemos sentirnos orgullosos de esa anónima implicación.