Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


Refranes para todo (bis)

02/05/2023

El agua de un rio no pasa dos veces por el mismo sitio, aforismo griego que tenemos que aceptar como una verdad. Así que, las cosas no se repiten, no son lo mismo ayer que hoy, por mucho que se diga que la historia se repite. No es verdad.; el agua no es la misma, y el rio y su entorno, han cambiado. La sabiduría popular, basada en la observación de un día y otro, terminan reflejándose en algo tan sencillo y comprensible, como un refrán, aunque se circunscriban a un sitio determinado y a una época concreta, por lo que a veces fallan, si se desea extenderlos más allá. E incluso fallan en el más acá, por lo dicho más arriba.
Hace seis años, por una situación parecida a la actual, tal vez menor, escribí un articulito sobre la existencia de refranes para todo; y hoy retomo, porque la situación da pie para ello. Se decía, En abril aguas mil, porque lo normal era eso, mucha agua un día sí y otro también; agua corriendo por calles, paso bajo el puente de la estación inundado, regatos y arroyos desbordados, paraguas e impermeables, tal vez goteras, y alguna inundación o desbordamiento. Pues eso parece hoy ya historia y batallitas para contar a los nietos. Sin embargo, rebuscando entre los refranes, aparece otro que encaja perfectamente, Las aguas de abril, todas caben en un barril, que dado al extremo al que hemos llegado, lo modificaría un poco, diciendo Las aguas de abril, todas caben en un botellín. Mas la vida sigue, parece que no ocurre nada; y así, hasta que ocurra. Porque No siempre llueve a gusto de todos, lo que es bueno para los embalses, para los regadíos, para la naturaleza, es malo para la hostelería, para los viajes a donde sea, para las cofradías procesionales que lloran. Estos quieren calor, hoteles llenos, restaurantes llenos, casas rurales llenas, playas a rebosar. Los intereses se ven que no son los mismos, y los deseos de la masa humana es disfrutar lo más posible y ya; no privarse de nada, el laureado bienestar.
La impresionante exploración del universo, hasta donde se puede llegar, triunfo de la inteligencia del hombre, que no deja de inventar aparatos que permitan esa exploración, sin perder de vista que el ser humano quiere estar allí presencialmente, como se dice ahora, y hacer posible lo que ayer parecía imposible. Y lo más importante que buscan, no es la posible explotación de recursos, materiales valiosos para cubrir las necesidades terráqueas, sino AGUA. Porque donde hay agua, hay vida o puede desarrollarse. Podríamos vivir sin móvil, sin televisión, sin ordenador; podríamos vivir sin coche, sin vacaciones, podríamos vivir sin casa y hasta sin políticos y Gobierno; pero no podemos vivir sin AGUA. Alguien ya ha profetizado que las futuras guerras, no serán por el territorio, por bienes materiales, por interese y cuestiones que se nos escapan al profano, aunque nunca se entenderán las guerras, por ser más que el otro, sino por el AGUA. Mas, héteme aquí, que otros entendidos dicen que, esto es solo producto de sentimientos, de creencias por la información que recibimos, en la que los medios de comunicación tienen mucho que decir, y no en datos estadísticos que demuestran que esto de la sequía es un mito, algo que puede suceder cíclicamente, y que el cambio climático es una milonga, real pero pasajera. Y te presentan estadísticas, gráficos, declaraciones de profesores expertos en la materia, que te dicen que esto ya pasó, y mucho más, y que la atmosfera que tenemos y que envuelve el planeta tierra, es la misma y solo hay pequeños cambios temporales. Consecuencia, todo se solucionaría con una buena gestión de los recursos, empezando por nuestras buenas, tal vez malas, costumbres; y acabando con una gestión o plan hidrológico nacional. Ya hubo planes, unos realizados, como el trasvase Tajo-Segura, y otros que se quedaron en el cajón, por decisiones políticas, por aquello de "puesto que lo has pensado tú, no me vale". Los trasvases de agua, que se supone sobrante en algunos sitios, a otros lugares deficitarios de la misma, siempre han chocado con intereses locales que han justificado o razonado, que eso no se puede hacer. Repartir lo mucho o poco que se tiene, es parte del egoísmo humano, y el comienzo de guerras, en principio solo políticas, que pudieran llegar a más. Las estadísticas que se ofrecen, no es que sean mentira, sino que son manipulables según convenga. Por si fuera poco, quedan los benditos ecologistas bienintencionados, que ahora proponen la destrucción y derribo de las presas de contención de aguas, para que los ríos recobren su curso natural, que fue alterado.
A Dios rogando, y con el mazo dando. Siempre confiemos en los designios de Dios y en los milagros; lo que no quita que sigamos trabajando con nuestra inteligencia, en la resolución de los problemas.