Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Constitución

08/12/2020

La conmemoración el pasado domingo del 42 aniversario de la Constitución fue todo un símbolo, nefasto, de cómo están las cosas, del malsano clima político (o mejor antipolítico) instalado en España y que va empeorando día tras día, especialmente cuando abren la boca algunos de nuestros próceres o aspirantes a ello. El día 6, en el Congreso o en los pasillos, asistimos al impagable espectáculo de ver a unos y otros tratar de dirimir sus diferencias a golpes de Carta Magna. Tú no eres constitucionalista. Pues anda que tú; tu ni siquiera demócrata. Tú de demócrata tienes lo que yo de arzobispo de Constantinopla. A ver, condena sin paliativos las cartas de los ex militares que sueñan con un golpe de Estado; si no lo haces eres un fascista nostálgico de Franco. Rechaza tú, también sin matices, las elecciones amañadas de Venezuela y la dictadura de Maduro; en caso contrario estará claro que eres un bolchevique bolivariano, un marxista-leninista-estalinista. Y así podríamos seguir hasta que nos dé el sol en el cielo de la boca. ¿Así se quiere a España?, ¿así se intentan solucionar sus muchos problemas?, ¿así se infunden confianza y respeto entre la ciudadanía?, ¿así se acaba con el ambiente de odio y crispación que vuelve a atenazar a esta tierra? Cualquier persona sensata diría NO a estas cuatro cuestiones y hasta se extrañaría de que se le formularan preguntas de semejante Perogrullo. Nuestros gerifaltes también darían respuestas negativas, pero, ¡ay!, inmediatamente obrarían al revés de lo dicho. O sea, nada de tender puentes, nada de mostrar empatía hacia el rival. Además, el rival político ya no es rival; ahora es enemigo con todo lo que eso viene a significar. ¿Y qué mejor prueba para demostrarlo que saber que Casado y Sánchez ni siquiera se saludaron el domingo? ¡Y eso que estaban en la Casa de Todos, en el templo de la Soberanía Popular! ¡Y eso que se celebraba la efemérides constitucional, la aprobación de un texto que nos permitió entrar en la democracia y dejar atrás el franquismo! Para echarse a temblar. Para mirar el futuro con un pesimismo que no nos merecemos.