Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Las guerras que se avecinan

21/02/2023

La guerra de Ucrania, a punto de cumplirse un año, no tiene visos de terminar. Y por mucho que a medio plazo tanto Estados Unidos como China consiguieran sentar en una mesa a Ucrania y a Rusia, respectivamente, el daño, el recelo, la espada de Damocles siempre pendería sobre Ucrania y su «incómoda» posición en el tablero europeo frontera con la Unión Europea y molesta para Moscú. Desgraciadamente miles de vidas se han derramado ante una locura e irracionalidad absoluta y despreciadora de la vida humana, de toda legalidad y respeto a otro país y su soberanía. Las reglas del derecho internacional, son pisoteadas una vez más. Como casi siempre. Todo depende de quién sea el infractor y el ojo con el que queramos verlo y observarlo.
En el escenario otean otras amenazas, no tanto Irán, pero sí Corea y sobre todo Taiwán. Este es, quizá, el mayor desafío que a corto y medio plazo está sobre el tablero geoestratégico, político y de seguridad internacional. El próximo año se cumplirán 75 años de la existencia de Taiwán, China observa, juega, planifica, escenifica y actúa. Las declaraciones últimas de su líder no invitan a la indiferencia. Pero en el tablero de Ucrania todos los actores contemplan. Algunos se dan cuenta de sus errores y sus pasividades, como lo que ocurrió en Siria con la ayuda rusa y la brutalidad de esa guerra que aún no ha cesado y que ha vuelto al recordatorio de la conciencia tras el terrible terremoto de la pasada semana. No se quiso ver, tampoco impedir. 
Ucrania entra en una nueva dimensión de un conflicto donde las metáforas dialécticas y las mentiras poco creíbles y menos convincentes como armas no ofensivas ya no tienen cabida. La Otan y Occidente están ahora ante un espejo muy complejo y donde el tacticismo y el repliegue diplomático ya no tienen cabida. Los intereses y la diplomacia de éstos ya ha sido finiquitada en el altar de la distracción y la falacia. Ya no se trata del gas ni del petróleo, la factura ya está descontada pero no amortizada. A Francia y Portugal les ha tocado una lotería graciosa y gratuita de la mano de España y su excepción ibérica en el tope de los precios del mercado de la energía. Lo estamos pagando con cifras mil millonarias, pero nadie explica nada y el silencio rompe su estruendo más insonoro.
Tiempos de enorme dificultad para una guerra que puede ser sin embargo el espejo donde China planifica y simula. Siempre entre bastidores las piezas del ajedrez avanzan o caen. Y en el tablero también se sacrifican alfiles y torres. El dramatismo de la guerra, las muertes, los miles de niños ucranios que ya han sido llevados a Rusia y así se ha reconocido públicamente por ésta, apunta a adoctrinamiento, miedo, chantaje y hechos concluyentes donde los rehenes son las personas y en este caso los niños. Llegarán carros de combate, también Leopard españoles, no sabrán manejarlos ni ofensiva ni defensivamente dada su complejidad y escaso tiempo. Pero miraremos hacia otro lado porque ya nos hemos cansado quizá, de esta terrible tragedia y esperamos que no haya otras. Así de simple.