A quien no le ha ocurrido el darse cuenta de cómo pasa el tiempo a diferente velocidad si lo estás pasando bien, que se acelera, a sí lo pasas mal y las agujas del reloj avanzan pesadamente. Al hilo de este comentario cada cual que saque sus conclusiones respecto a la realidad de que mañana día 1 de junio habrán transcurrido tres años desde la moción de censura que echó al gobierno de Mariano Rajoy de la Moncloa.
No será por falta de acontecimientos, pero parece como si el año 2018 quedase mucho más atrás de lo que en realidad está, hasta hemos acudido a las urnas a nivel nacional en dos ocasiones, para que finalmente se conformase el gobierno que ahora nos dirige de socialistas y comunistas apoyado por etarras e independentistas.
Uno de los socios del gobierno como es el PNV ahora se escandaliza de ciertas situaciones que estamos viviendo, pero sin duda alguna ellos fueron los grandes traidores que hicieron que pudiese prosperar por primera vez una moción de censura en nuestro país. Tienen un trato privilegiado a nivel económico, siempre han chantajeado los gobiernos en base a sus escasos diputados e incluso son capaces de dejar que un cadáver se pudra en un vertedero antes que pedir ayuda al ejército español para poder recuperarlo.
Nuestro país vive desde hace casi mil cien días las consecuencias de las malas políticas de la izquierda. Pero sobre todo si algo caracteriza a este gobierno es el mucho autobombo para vender todo el humo posible y la poca transparencia como ocurre con el tema de los viajes en Falcon de Pedro Sánchez o las vacaciones en La Mareta o en Doñana, pagadas con dinero de todos y disfrutadas por los amigos del Presidente.
Los que llegaron hablando de jarabe democrático nos están enseñando día día que a ellos la democracia les incomoda y les estorba. Si por ellos hubiese sido habrían aniquilado la independencia del poder judicial, que tiene que tratar de estar blindado de cualquier intento de manipulación política. 
En estos momentos ya estamos en un nivel de desprestigio institucional del Ejecutivo de tal calibre, que tenemos que oír como miembros del Gobierno ponen a escurrir al Tribunal Supremo por su dictamen sobre los indultos a los delincuentes independentistas catalanes que trataron de dinamitar la unidad de nuestro país. El Gobierno tiene la decisión tomada, la única diferencia es que políticamente les interesaba más que el Supremo no les hubiese atado las manos parcialmente, pero todo por quedarse en la poltrona y que sus socios le sigan manteniendo ahí.
Como abulenses además de la estafa que nos han hecho con el centro universitario de la policía y que los socialistas de nuestra tierra todavía nos tratan de vender como un logro el hecho de que no esté centralizado en Ávila, tenemos que ver cómo actuará la que fue elegida diputada nacional por nuestra provincia, doña Margarita Robles, a la sazón magistrado del Tribunal Supremo. Sería todo un gesto de dignidad personal, de altura institucional, de respeto hacia el Poder Judicial, que en caso de que se aprueben esos indultos la Ministra de Defensa muestre su disconformidad con esa decisión dimitiendo para no formar parte de esa decisión colegiada que va a sonrojar a todos los demócratas de nuestro país.