Emilio García

Desde el mirador

Emilio García


La Historia es la que es

27/01/2023

A veces nuestros esfuerzos resultan baldíos. Aunque lo sepamos con antelación, nos preocupa que existan personas que decidan que los demás deben olvidar o desconocer lo que ha sido la vida de España, su Historia milenaria, su Historia reciente. Y, además, lo decidan interesadamente, sobre unos principios ideológicos y sectarios ajenos al sentir general de la inmensa mayoría de los españoles.
Dan la espalda a la formación cultural de los ciudadanos, a la esencia que sostiene uno de los pilares del bienestar vital y emocional de un país que necesita conocer los acontecimientos que le han sostenido como tal y que han marcado la experiencia  social de generaciones.
Cicerón ya se adelantó a los problemas que actualmente tenemos en los planes de estudio y el ejercicio político español cuando, en su obra 'El orador' señaló que hay que conocer «también la sucesión de los hechos y la historia del pasado… Desconocer qué es lo que ha ocurrido antes de nuestro nacimiento es ser siempre un niño. ¿Qué es, en efecto, la vida de un hombre, si no se une a la vida de sus antepasados mediante el recuerdo de los hechos antiguos?»
Nos guste o no la Historia de España es la que es, como ha sido la de todo el mundo. Que, precisamente, unos manifiestos ignorantes pretendan señalar que el conocimiento de una parte de la Historia es suficiente para que las futuras generaciones de ciudadanos alcancen la cultura necesaria para comprender lo sucedido y saber interpretarlo desde las posturas de hoy, supone un atraco intelectual que escamotea el entendimiento a quienes han de decidir qué es lo importante para sus vidas.
La Historia (y la Filosofía) como maestra de la vida ha de iluminar nuestro camino, proporcionarnos la memoria y la capacidad de reflexionar sobre los acontecimientos sucedidos. El relato histórico no puede ser moldeado desde el capricho y antojo por quienes deciden evitar, sin contar con los necesitados de conocimiento, parte de sus contenidos.
El desconocimiento e ignorancia son conceptos que convierten a la persona carente de ellos en un ser salvaje, oscuro, capaz de sostener su vida sobre recursos que nada tienen que ver con la bondad, sino más bien todo lo contrario; la falta de experiencia convierte al ser humano en un esqueleto con patas. Quizás esto es lo que pretende el desgobierno que rige los destinos de España.
Podría entender que se produjera una revisión de todas las investigaciones sobre la Historia de España escritas en las últimas cuatro décadas. Si se produjera desde el ministerio de la verdad única ¿qué pasaría? ¿Quiénes, cómo y sobre qué principios harían la selección de los textos? ¿Qué párrafos se validarían y cuáles se quitarían de dichas publicaciones? ¿Qué momentos y personajes quedarían para el estudio de las nuevas generaciones? Pero, por encima de todo, ¿por qué habría que hacerlo? ¿Por qué hay que abordar nuestro pasado desde la selectividad de contenidos?
Pensemos que esto sucediera hoy ¿cómo y quién se encargaría de supervisar, revisar, eliminar o incluir los contenidos necesarios en la Red de redes? ¿El ministerio de la verdad única? Ya veo al grupo de asesores del señor Bolaños multiplicándose sin fin, aplicando la Ley de Memoria Democrática línea a línea y pasando la criba tecnológica exigible en estos casos para evitar que todo lo que tenga que ver con el pasado reciente y pretérito pueda llegar a un terminal de información en manos de un ciudadano.
La sociedad española debe saber cuáles fueron los hitos más importantes de su Historia; debe conocer las circunstancias que produjeron batallas, enfrentamientos religiosos, movilizaciones sociales y todas las luces y sombras que se prodigaron en el tiempo. También debe saber en qué medida se difundieron las leyendas negras y la manipulación interna de los momentos que imprimieron tristeza y tragedia a nuestros antepasados. Todo hay que conocerlo para entender mejor qué es lo que nos pasa en la actualidad.
La Historia es la que es y nadie podrá cambiarla; se lo decimos, a quienes están obsesionados con reescribir un relato para nuestros hijos y nietos eliminando todo el Legado de España habido a lo largo de los últimos dos milenios.