Ricardo Guerra Sancho

Desde mi torre mudéjar

Ricardo Guerra Sancho


Resurge Sotalbo, solidaridad

22/09/2021

Las tardes son ya mucho más cortas… estábamos viajando hacia el sur y según nos acercábamos a la sierra, el color gris-negro se iba apoderando del paisaje, ya fuera de la montaña, de los prados y algunas edificaciones de los pueblos… dejamos el valle Amblés y justo cuando las tierras comienzan a elevarse hacia las sierras, comenzamos a ver los efectos del pavoroso incendio que tanto nos ha preocupado a todos durante unos días que parecieron siglos… unas fincas calcinadas con la vegetación de prados, arbustos y árboles carbonizados, y alguna isla que se libró de unas llamas que rodearon todo. El silencio se apoderó de los ocupantes del vehículo al ver aquel panorama desolador. Poco después, las frases de admiración, de cómo había quedado aquello, de la tristeza por esas gentes que tienen que empezar de nuevo. Éramos parte de un grupo de Arévalo, casi todos miembros del grupo de danzas castellanas Entre Ríos que quedamos para asistir al festival ‘Sotalbo Resurge’. Un evento de música y danza tradicional castellana con mucho contenido, tanto artístico, que fue genial y reunió grandes artistas del género y gentes con ganas de colaborar. Como el contenido afectivo por los fines benéficos a favor de estas gentes que aún no se han repuesto de esta gran desgracia, pero que están rehaciéndose con coraje y tesón 
El agua del Adaja, del Picuezo, del arroyo del Valle y otros afluentes, presentaban las cenizas en sus aguas y charcas del entorno. Ya lo había dicho este Diario, las aguas del Adaja ya están arrastrando las cenizas contaminantes del incendio, es la continuación del desastre, un gran desastre que es ecológico, económico, de toda la ganadería extensiva de las sierras, es la pérdida de haciendas e instalaciones agrarias y ganaderas… pero sobre todo es el drama humano de muchos, el haber perdido todo en la vida.
Y también pronto, la rápida solidaridad de tantos que desde el principio se volcaron con nuestros vecinos del sur… unas imágenes de camiones y tractores con forraje y pienso para los animales, llegando aún a lugares a los que era tan difícil el acceso. 
Contacté con la organización para mostrarles mi solidaridad, mi intención de reflejar esta experiencia en estas líneas, y el agradecimiento por esta iniciativa tan atractiva que llenó con 700 personas y aforo completo, además de la fila cero. Ana María me comentó el gran apoyo de tantos, particulares y entidades, públicas y privadas, de los 50 voluntarios que han hecho posible esa organización tan festiva y solidaria. Los presentadores y todos los grupos, lo más florido de nuestro folclore que, sin interrupción, nos ofrecieron cuatro horas y media de espectáculo, sonoro y visual. 
Ya en este entrañable pueblo, en todo momento los voluntarios nos indicaron el acceso a los aparcamientos habilitados y el lugar del acto, que pronto descubrimos porque ya estaban probando el sonoro algunos de los participantes. El patio del colegio con sillas y un gran escenario, una zona de avituallamiento y venta de objetos de recuerdos, servicios y toda clase de atenciones. Yo tengo mi camiseta que me recordará el acto. Al fondo, pegado a caserío, las laderas calcinadas y grises de la Sierra de la Paramera, como un fantasmagórico telón de fondo, a la izquierda el famoso castillo de ‘Manqueospese’, o Aunqueospese, o del Risco, que es como su propio nombre Sotalvo o Sotalbo… y a la derecha el pico más alto de esta sierra, el Zapatero. Hacia abajo, el caserío con su iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, con su espadaña serrana de piedra berroqueña. Y envolviéndolo todo, un atardecer muy bello con el crepúsculo entre nubes y luminosos soles de color ámbar hacia el rojo crepuscular, nubes que poco después ocultaban o dejaban ver una luna creciente que estaba jugando al escondite. 
Una tarde-noche de emociones, de músicas nuestras, con bailes de la tierra con diversos y preciosos atuendos. Todo parece más bello cuando el fin altruista acompaña a iniciativas como esta. Solidaridad y un fuerte abrazo a cada uno de los responsables.