Editorial

Medidas drásticas para una tercera ola de la pandemia descontrolada

J.M.M.
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La Junta de Castilla y León adopta medidas más drásticas para tratar de frenar la tercera ola de la pandemia por covid-19 y a partir de este sábado aplicará medidas más contundentes en una vuelta de tuerca para contener la movilidad de la ciudadanía. Medidas que conllevan el cierre perimetral de todas las provincias de la Comunidad Autónoma, el adelanto del toque de queda a las 20,00 horas (a pesar de que cuenta con la oposición del Ministerio de Sanidad) y la limitación de las reuniones en espacios públicos y privados a cuatro personas.

Tras reunirse con los grupos políticos, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, trasladó a alcaldes y presidentes de Diputación la preocupante situación epidemiológica en la que estamos instalados, y la necesidad de adoptar nuevas medidas para frenar el avance de esa tercera ola de la pandemia, que se está descontrolando en todo el territorio nacional al unísono, y en esta provincia nuestra de forma calamitosa, de forma especial en el medio rural. Estas medidas se podrían alargar varias semanas si la situación no mejora (habrá que ver en qué deriva esa confrontación entre Junta y Gobierno por el horario de toque de queda). 

Así, y a pesar de las advertencias que se han ido lanzando en las últimas semanas ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, ha habido que llegar a una situación extrema para que tanto en Castilla y León como en buena parte de las comunidades autónomas se adopten medidas más contundentes, y todo ello ante la inacción de un Gobierno central que en ningún momento se ha decidido a dar un paso al frente para liderar que esta toma de decisiones más drásticas se pusiesen en marcha antes en el conjunto del país, al menos de forma consensuada. Porque si hubiese dado ese paso, situaciones como la vivida ayer en Castilla y León con ese toque de queda que está en el aire, se habrían evitado.

La situación en la que nos encontramos no debería extrañar, porque las advertencias que han venido realizando los especialistas sanitarios en la materia sobre las consecuencias que podía tener que se aplicasen medidas más laxas en diciembre, y su extensión a las celebraciones navideñas, finalmente se ha demostrado que iban cargadas de razón y han llevado a que de nuevo se registren unas dramáticas cifras de personas fallecidas por el covid-19, de hospitalizados y de situaciones próximas al colapso en los hospitales. 

Resulta complicado aceptar unas medidas que ponen aún más en jaque a la situación económica que se ha generado derivada de esta pandemia, pero es necesario que la salud y el control sanitario se anteponga a cualquier otra cuestión. Ya ello ayudaría que esas medidas fuesen iguales para todos los españolas, con independencia del lugar en el que haya que aplicarlas, porque los ciudadanos tendrían la convicción de que realmente esa es la prioridad. Yhasta que el conjunto de la sociedad no se conciencie de que el control de esta pandemia exige la aplicación de medidas muy drásticas hasta que empiece a hacer efecto la vacunación se seguirán dando tumbos con trágicas cifras de fallecidos y afectados por el covid-19.