Antes de plantearme ciertas preguntas con dudas que me cuesta resolver, me gustaría dejar constancia de cuestiones de actualidad que no son un tema menor. Obviamente el precio de la luz alcanzó ya hace meses precios absolutamente desorbitados, pero como bien se nos advertía no era una situación puntual del verano, se iba a prorrogar hasta bien entrado el nuevo año. Está siendo causa de una ruina económica doméstica (factura de la luz y cesta de la compra, entre otras) e industrial (elevación de costes y pérdidas de empleos).
También en el ámbito económico cabe destacar que todos los organismos independientes, nacionales e internacionales, han sacado los colores al Gobierno ante el engaño manifiesto que suponen las previsiones de crecimiento que contienen los presupuestos. No podemos olvidar que esos presupuestos los ha negociado con los enemigos de España y los herederos de los asesinos de ETA. Es lo que tiene este Gobierno débil y sin escrúpulos. En nuestra tierra esos presupuestos nos dejan marginados y como siempre desamparados, no ser un problema para España hace que no quieran acordarse de nosotros y a pesar de ello, gracias a la gestión de la Junta de Castilla y León, vemos cómo cierra Nissan en Barcelona y la planta de Ávila se mantiene.
Pues bien con todos estos mimbres la situación de la COVID es la que marca la actualidad y la atención general. Ahora Pedro Sánchez quiere esconderse detrás de las Comunidades Autónomas para tomar decisiones que lesionen los derechos y libertades de los ciudadanos (parece que dos estados de alarma inconstitucionales le han sabido a poco).
Nos podemos preguntar varias cosas. ¿Por qué se nos ha vendido la variante Ómicron como la apocalipsis y al final está resultando contagiosa pero menos agresiva? ¿Por qué cuando en años anteriores a esta pandemia el virus de la gripe provocaba el colapso de urgencias, atención primaria y ocupación de las UCI, no había que tomar medidas excepcionales y ahora si que hace falta? ¿Por qué si el nivel de ocupación de los hospitales es similar al del mes de septiembre hay que tomar medidas que no había que tomar entonces? ¿Por qué si estamos en un nivel de vacunación - con dos dosis - de un 89,7% estas navidades tienen que ser como las anteriores cuando se empezó la vacunación el 27 de diciembre de 2020?
Tal y como se ha llevado la gestión de esta pandemia todas esas preguntas surgen del análisis de los datos y los antecedentes.
No olvidemos entre otras cosas que el Gobierno estuvo inoperante tres meses a pesar de saber la gravedad de lo que se avecinaba (Yolanda Diaz lo confesó). También Fernando Simón nos dijo que las FFP2 eran mascarillas inadecuadas. Ese grupo de expertos que asesoraba al Gobierno, al final confesaron que nunca existió. Y nos encerraron ilegalmente en casa no porque fuese la mejor manera de afrontar esa situación, sino porque no había mascarillas, geles y demás protecciones necesarias.
Al final siempre queda la duda si sirve todo esto de cortina que tapa toda esa grave realidad que vive nuestro país, pero que la sociedad soporta resignada y sin tomar las calles para defenderse de los desmanes continuos que sufrimos por parte del Gobierno.