Gonzalo M. González de Vega y Pomar

En mi azotea

Gonzalo M. González de Vega y Pomar


Dejen de tirarse puyazos

17/12/2020

Hace varios días llevamos conociendo los distintos  y alejados puntos de vista que hay entre Ayuntamiento de la capital y Diputación para renovar el convenio existente entre ambas administraciones acerca del servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento en los municipios abulenses, que acaba el próximo día treinta y uno. Prestación que corre a cargo de los cuarenta buenos profesionales que hay en el parque de bomberos de nuestra Ciudad, único de la provincia.
Bomberos que atienden todas las llamadas de emergencia recibidas, a través del 1-1-2, para acudir a incendios, accidentes de coches, siniestros, inundaciones, rescates en Ávila capital y los doscientos cuarenta y siete municipios de la provincia. Ello ocasiona un alto gasto que en su mayor parte es sufragado desde las arcas del Ayuntamiento de la Ciudad.
Están intentando negociar un nuevo convenio pero de momento no hay acuerdo. Los «enfrentamientos» –como casi en toda negociación– son debidos a la cuestión económica y sobre cuánto ha de aportar cada administración. La Diputación coopera anualmente con 400.000 € por las actuaciones de los bomberos en la provincia. Cantidad que el Ayuntamiento considera insuficiente para poder hacer frente al coste real que supone la salida de los bomberos a los pueblos. El año pasado  se atendieron mil quinientas asistencias y el importe total del servicio ascendió a 3.090.956,43 € desembolsados en un 87% desde las arcas municipales, cuando el 46,99% de las intervenciones se realizaron en pueblos. 
El ofrecimiento de la Diputación es aumentar en cincuenta mil euros cada año de los cuatro que duraría el nuevo convenio, a la vez que comprar un camión para el parque de bomberos valorado en cuatrocientos mil euros. En ello no está de acuerdo el Ayuntamiento, que señala que la aportación por este servicio de bomberos debe de ser de un millón seiscientos mil euros para hacer frente a los gastos reales por esas salidas a la provincia. 
Desde el Torreón de los Guzmanes se habla de «intransigencia, caprichos y chantajes de un alcalde que demuestra le interesa poco el medio rural» y desde el Mercado Chico se pide al presidente «sea serio y consciente pues en la prestación de un servicio de emergencias no se debe nunca racanear ni escatimar». Así poco o nada se avanza.
Es imprescindible, además de ser su competencia en municipios de menos de 20.000 habitantes, que, de una vez por todas, la Diputación retome los pasos dados –demasiado lentos– y ponga en marcha esos cuatro parques comarcales de bomberos que, en su discurso de investidura, comprometió el presidente «para dar una solución provincializada a los servicios de extinción de incendios». Se  habló de ubicarlos en Arenas de San Pedro, Arévalo, El Tiemblo o Cebreros y Piedrahíta o El Barco de Ávila y el diputado encargado de Protección Civil e Incendios ya tuvo conversaciones con los regidores de dichos municipios para comenzar. ¡Todo quedó ahí! 
El asunto es más serio de lo que parece pues, a pesar de su buena voluntad y disposición, muchos de estos siniestros no se solucionan con la sola intervención de agrupaciones de Protección Civil y Bomberos Voluntarios existentes en algunas localidades, que en los primeros minutos puede ser buena. Es vital la intervención de bomberos profesionales como los de la capital que, por las grandes distancias a algunos pueblos, demoran su llegada cuando lo suyo sería invertir unos quince o veinte minutos para estar donde se produce el accidente y evitar mayores daños. Si solo son materiales bueno, lo malo que hubiera víctimas por esa tardanza.
Quizás al confeccionar los presupuestos y comprobar que mantener estos cuatro parques, con su personal y material, supondría varios millones de euros haya invitado a los responsables de la Diputación a dar «marcha atrás» de momento en su obligación de prestar el servicio de bomberos, y prefiera dedicar dichos millones a otras necesidades de los 247 municipios abulenses. 
Los habitantes de la provincia debemos estar tranquilos, también la portavoz municipal del PP,  pues el alcalde «no omitirá el deber de socorro» y los bomberos del parque de Ávila, como buenos profesionales que son y demuestran a diario en cada intervención en la que intervienen, acudirán donde se les requiera para salvar vidas y bienes. Quizás son otros los que hasta ahora se «lavan las manos» al no cumplir con su obligación en materia de bomberos y prefieren, por el ahorro que les supone, continuar el convenio con el Ayuntamiento. ¡Los paganos, los vecinos de la capital!
Hagan las cosas bien y con la mejor disposición por ambas partes para un servicio tan esencial. Dejen de tirarse puyazos.