Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


De nuevo las minas amenazan nuestra provincia

03/11/2022

"Es un 'sinvivir', un atropello monumental y una tomadura de pelo a los abulenses de las zonas afectadas porque quieren destrozar nuestra tierra y su futuro, para llevarse los beneficios hacia otros lugares. Dejarán todo como un solar y acabarán con nuestras ilusiones".

Estas palabras me las relataba uno de los afectados después de la aprobación "por sorpresa" del permiso de investigación para el proyecto minero "Polonia 1.152" y tras desestimar más de 3.000 alegaciones al mismo; vamos lo mismo de siempre: los que tienen el poder y los que mandan son las grandes corporaciones y generalmente lo que opinen sus habitantes les importa 'tres narices', como suele decirse; recordándonos tristemente tiempos pasados y haciendo un flaco favor a la democracia.

Son varios los términos municipales que se verían afectados (porque 71 cuadrículas mineras es mucho terreno creo que unas 32 hectáreas cada una), como Collado del Mirón, Becedillas, Malpartida del Corneja y El Mirón.

Hay que recordar que muchas personas, asociaciones, ayuntamientos de la zona, e incluso el presidente de la Diputación y representantes de la junta estuvieron en contra en el período de alegaciones e incluso afirmaron como lema que "Ávila no es una provincia minera, sino turística y ganadera", y lo que está claro es que donde se instaure una mina a cielo abierto pueden despedirse del turismo y la ganadería, acabando con los proyectos de futuro de casas rurales o intentos de incrementar la población en una España rural cada vez más vaciada, y a la que en lugar de ayudar a que la población se fije, se la machaca con proyectos como estos, porque ¿quién va a querer ir a una zona donde existe una mina a cielo abierto? "Ni el Tato" como vulgarmente se dice.

Debo recordar, una vez más, las sabias palabras del Premio Global de la ONU y amigo, Joaquín Araújo, que en sus múltiples intervenciones algunas de ellas en Ávila y precisamente defendiendo a la población y en contra de las minas, afirmaba que "las minas a cielo abierto son una de las actividades más nocivas y contaminantes realizadas por el hombre".

También me comentaba el lugareño mencionado al principio del artículo, que "siempre es lo mismo, con las minas a cielo abierto prometen crear cuatro puestos de trabajo, pero destruyen muchos más de los que originan porque la población (los que pueden) tiene que 'huir' y abandonar su tierra ya que no hay quien aguante las voladuras, el polvo en suspensión, el aumento del tránsito de camiones y la afectación tanto de los cursos freáticos como presumiblemente alguno subterráneo, según la profundidad de la explotación".

Y creo que no le falta razón, a lo que yo añadiría una grave afectación a la flora y a la fauna y que los planes teóricos de restauración son pura ficción ya que devolver a su estado original una mina a cielo abierto es más o menos imposible, y buen ejemplo tenemos en algunas existentes que una vez abandonadas muestran el enorme destrozo ambiental que han ocasionado y la nula restauración tras el período de actividad.

Actualmente los promotores tienen el derecho de tratar de efectuar este tipo de actividad según la legislación vigente, aunque lo hacen aprovechándose de una obsoleta ley de minas que debería ser reformada para que no prevalezcan sus derechos por encima de los ayuntamientos y habitantes de las tierras que pretenden destruir y del actual gobierno comunitario claramente pro-minero; pero también los abulenses de las zonas implicadas han demostrado que a pesar de que se tratan de hacer en lugares de poca población para que "no protesten mucho", tienen claro que no quieren este tipo de explotaciones, y que están dispuestos a luchar y defender su tierra. Una tierra en la que han vivido y viven y que no quieren que se la destrocen pisoteando sus voluntades.

...Y pensando en que las minas a cielo abierto contaminan y destrozan, mientras paseaba por un camino en el valle Amblés, cerca del Adaja, veo otro año más, junto a grandes extensiones de plástico que cubren el suelo unos carteles con una calavera que dicen: Gases muy tóxicos: Metam sodio 51%.

¡Madre mía! Imagino que estará autorizado esto, porque si no no lo harían, pero da tiritera sólo de pensarlo, porque este pesticida está prohibido en varios países europeos, por su demostrada toxicidad, aunque según veo que en el nuestro aún no. Traté de no respirar y me alejé de allí. :-(