Chema Sánchez

En corto y por derecho

Chema Sánchez


El primer paso es creérselo

25/02/2023

En los dos últimos días, la Escuela Politécnica Superior de Ávila y el Lienzo Norte han acogido ese foro de innovación y emprendimiento que ha logrado impulsar un salmantino de pro, como es Enrique Corchado. Es obstinado este catedrático de la Universidad de Salamanca, cercano, trabajador, buen gestor, que cree en lo que hace, y además tiene claro que en Castilla y León hay mucho de lo que presumir. Mucho. Aunque el grueso de nosotros no queramos creernoslo. Quienes tenemos que pisar con cierta asiduidad Madrid, el epicentro de los negocios por antonomasia en nuestro país -con el permiso de una cada vez más deprimida Barcelona-, sabemos que en la capital alcanzar un objetivo concreto, un acuerdo con sustancia requiere de, al menos, el doble de esfuerzo (y cafés) que lo que cuesta hacerlo en cualquiera de las provincias que componen esta nuestra comunidad autónoma. En Castilla y León somos mucho más directos. Y vivimos mucho mejor siendo de esa manera.
En los dos últimos días, como decía, se ha celebrado ese encuentro en las instalaciones que tiene aquí la USAL y en el centro de congresos y exposiciones del que podemos presumir en la capital amurallada. Ha llevado por título CyL-Hub y ha atraído todo tipo de iniciativas ligadas con la inversión, el emprendimiento y el mundo de las startups. A mi modesto entender, un lujo para nuestra ciudad. 
Si bien, la respuesta en cuanto a la asistencia y atención a algunas de las mesas redondas dispuestas debería hacer reflexionar a Ávila en su conjunto: un acontecimiento de estas características en cualquier otro punto de nuestro entorno habría tenido un respaldo popular importante. Y Ávila no se puede permitir desaprovecharlo. No es ésta una queja estéril, o que se justifique mirando al censo de Ávila, aunque también. Creo que hay otros elementos detrás de esta circunstancia. 
Si no te vendes, no te conocen, y aunque sé del esfuerzo de la organización del CyL-Hub, creo sinceramente que una ciudad como Ávila no puede mirar de perfil estas oportunidades. Ha tenido un importante respaldo institucional, pero falta una chispa más.
Numerosos ponentes de altura han completado la ambiciosa agenda desplegada por un equipo joven, dispuesto y preparado que, a pesar de las dificultades -en un día de nieve como el del jueves las pasaron canutas para encontrar algún taxi disponible- saca, semana tras semana, jornadas como ésta en los lugares que se propone. En ese sentido, chapeau.
El problema y el desaliento, a mi modesto juicio, está enfrente: había que mirar a los estudiantes allí presentes, en muchos casos sólo pendientes de la pantalla…c de sus móviles.
Las dos universidades participaron, la jefa de alianzas estratégicas de la nube de Amazon, el periodista Juanma Romero, gente del Incibe, Isabel López, de Santa Teresa, representantes de las principales instituciones y asociaciones abulenses… Sandra Martínez, de Iberaval… En fin, un plantel muy trabajado que, como digo, debería haber tenido un mayor acogida en cuanto a público. 
Ojalá haya una segunda edición de esta excelente iniciativa y quienes tienen capacidad de movilización en nuestra ciudad se apliquen el cuento, porque cuando subes a la bicicleta en una cuesta abajo sueles acabar en la parte baja de la montaña, no en la alta. Es matemático. Ávila merece empuje, oportunidades y planteamientos como el de este proyecto, que además está financiado con fondos Next Generation, y cuenta con el respaldo del Gobierno de España y de la Junta de Castilla y León, entre otros. 
Pero estas oportunidades hay que proyectarlas, impulsarlas. Trabajar eso que llaman el networking, que tiene en actividades como éstas un lugar de encuentro oportunísimo…  Ponerlas en un tablón de anuncios mucho antes de que tengan lugar -aunque quien ha organizado cualquier evento sabe que lo de los nombres de los intervinientes varía hasta el último momento-, y que cada vez arrastre a más público. No es para menos. Y lograr esa circunstancia tiene mucho que ver con lo que decía al principio: deberíamos empezar a confiar más en nuestras posibilidades. Otros lo hacen y tienen muchísimo menos de lo que presumir. Porque el primer paso es creérselo. Ya me entienden.