Juan Manuel Pérez

ENTRE HOY Y MAÑANA

Juan Manuel Pérez

Periodista


Pendientes de Donald

07/11/2020

En nuestro empeño por seguir perdiendo el Norte, esta semana hemos estado más pendientes del recuento de votos en el condado de Ozaukee, en Wisconsin, que de las tropelías que teníamos más a mano. Todavía ningún experto en política estadounidense, de esos que tanto abundan estos días por nuestro país, nos ha explicado en qué nos va a cambiar la vida a los españoles y a los europeos con un miembro tan destacado del establisment como Joe Biden en la Casa Blanca. Nos podrán argumentar que el trumpismo solo ha contribuido a hacer de la mentira, el desprecio a las instituciones y la polarización de la sociedad herramientas perversas para aferrarse al poder al precio que sea. Pero para eso no es necesario emigrar hasta las orillas del río Potomac, basta con acercarnos hasta la Carrera de San Jerónimo.
A este lado del Atlántico, la democracia y las instituciones que la sostienen están también sometidas a una tensión desconocida y desconcertante. El ninguneo al Parlamento con el nuevo estado de alarma decretado por el presidente del Gobierno es humillante. Por allí se pasará Sánchez algún día que le venga a mano para que le aplaudan y hasta la próxima. Los planes del nuevo proyecto educativo de la ministra Celaá con el español en las comunidades con lengua vernácula certifican las genuflexiones que tiene que realizar a diario el ejecutivo para así tener contentos a sus socios independentistas, a los que tanto necesita para aprobar los Presupuestos.
Frente a todo eso queda una oposición desnortada o echada al monte y con un partido como Ciudadanos sometido al desprecio diario de los socios del presidente del Gobierno. Inés Arrimadas y los suyos siguen empeñados en aprobar unas cuentas «que se van a comer con patatas», que diría Echenique, a pesar de que a los naranjas Sánchez solo los quiere en la ecuación como coartada.
Cuando terminen de contar votos en Nevada, quizá volvamos a preocuparnos por lo que se nos viene encima. Hasta entonces nos haremos todos de Biden y lamentaremos no tener a alguien como Trump al que culpar de los atropellos venideros.