Pablo Casillas

El Corrillo

Pablo Casillas


Sobre el aborto

31/01/2023

Es un asunto complejo y difícil, pero no por ello debemos ignorarle, o meterle "debajo de la alfombra", ni siquiera atendiendo a que exista tal o cual legislación en cada momento determinado de la historia de un País, cual si esas normas fueran "dogma de fe" inamovibles e inatacables. 
Deberíamos, por descontado, evitar populismos y/o posiciones radicales, particularmente las que se nutren desde los gobiernos de turno y sus respectivas oposiciones, toda vez que es un tema que ha de acompañar al ser humano mientras exista en este mundo, pues que no en vano afecta a la vida y la muerte y todo lo que ello conlleva, de ahí que todas las opiniones y posiciones que se puedan tener deben ser escuchadas, siempre y cuando que se expongan con respeto y racionalidad.
Como cualquier otro ciudadano, me atrevo a transmitir mis reflexiones, porque, como en otros muchos temas, hay que dar la cara, aunque luego te la "partan".
Miren, mi primer contacto con un asunto tan delicado, se produjo cuando estaba estudiando la carrera, y ello desde el debate humano y jurídico. Eran aquellos años de bastante discusión, a veces acalorada, sobre éste y otros asuntos. He echado de menos esa misma conducta en las posteriores generaciones. Cuestionábamos y debatíamos, no solo los que estudiábamos derecho, sino también otras carreras: medicina, farmacia, biología, filosofía, etc., sobre la naturaleza jurídica, científico-biológica, y humana-moral-ética-religiosa del aborto, de forma especial el derecho exclusivo por parte de las mujeres a la hora de tomar la decisión de abortar. Por aquel entonces, ya lo pueden suponer, el aborto no estaba legalizado.
Recuerdo que una de las discusiones, teórica, que hoy en día alcanza mayor relevancia en atención a la constante reivindicación acerca de la igualdad, giraba ante cuál podría ser la respuesta de los Tribunales si el progenitor varón cuestionase la decisión de la madre de abortar, lo que llevaría a cabo aquel en interés y protección del "nasciturus".
Que conozca, no ha habido en España un pleito de esa naturaleza, lo cual, en la distancia, me lleva a pensar que es muy probable que los hombres de este País hemos adoptado una posición mayoritariamente machista respecto del aborto, por puro egoísmo, para evitar asumir nuestras responsabilidades. 
Miren, desde el ámbito de la ciencia, no parece que exista discrepancia acerca de que desde el mismo momento en que se produje la fecundación del óvulo femenino por el espermatozoide masculino ya existe vida biológica que, de seguir su normal curso, dará lugar a una vida humana plena una vez que se produzca el nacimiento. Diré, que tanto con nuestros hijos como recientemente con nuestra nieta, desde el mismo momento en que el ginecólogo confirmó a las madres que estaban embarazadas, ni ellas ni los demás tuvimos duda de que existía una vida biológica en ciernes diferente de la madre y del padre. Mi posición personal, por lo tanto, y así lo manifiesto, es tratar de apoyar la vida, lo que entiendo existe desde la concepción hasta la muerte del ser humano.   
Por ello, la decisión, las medidas legales, sanitarias, sociales que se deban producir acerca de esa vida en proyección, creo que afectan y deben ser tomadas por la sociedad en su conjunto, a través de sus Instituciones, lo que no quiere decir en absoluto que no se deba dar prioridad a la opinión y circunstancias de la madre.
El eslogan, sin duda pegadizo, que han acuñado los partidarios del aborto, sobre todo en boca de las mujeres "Nosotras parimos, nosotras decidimos", esto es, atribuyendo a la mujer embarazada la exclusiva decisión de qué hacer con el feto que lleva en su vientre, no puede ser entendida como un derecho absoluto, si es que hemos de hablar de "derecho", porque quizás lo correcto sea hablar de "plasmación legal" de un problema humano/social a todas inevitable, porque siempre van a existir abortos. Obviamente, si fuera un "derecho" absoluto de las mujeres, como así afirman no pocos, se podría abortar en cualquier momento del embarazo, y no es así. No hay ningún País que permita el aborto en todo momento del embarazo, lo cual se debe a que existe una vida biológica que hay que proteger, y lo único que se hace por parte de los Poderes Públicos es marcar un límite a su disponibilidad por parte de la madre. En España, el aborto tiene el límite de la 14 semana de embarazo.
Miren, así las cosas, entiendo que partiendo del hecho científico incontestable de que el aborto supone la interrupción de una vida biológica y que existen en torno al mismo una diversidad de opiniones morales, sociales, y también políticas, y siendo así que la mujer que decide abortar tiene, cada una de ellas, sus propias y singulares circunstancias, entre ellas de carácter económico, que deberían ser más fáciles de abordar, tendríamos que ser mucho más "humanos" de lo que realmente estamos siendo. Cualquier interrupción de una vida biológica humana nos debería preocupar y afectar como individuos y como sociedad, cual si nos pasara a cada uno de nosotros,  y toda vez que nos tenemos que mover en marco de una prelación de los "derechos" de la madre y del feto que lleva en su vientre, habría que abordar el asunto con mucha profundidad y serenidad, en el marco de las familias y también de la sociedad, buscando en la medida de lo posible alternativas a la continuidad del embarazo antes del aborto, pues que no en vano con éste se produce la interrupción de una vida humana en ciernes, y con tan solo conseguir que una madre no aborte y nazca su hijo nos deberíamos sentir alegres como personas y como sociedad. No digamos si fueran muchos los embarazos que llegaran a término por la propia voluntad de la madre, sin coacción alguna, solo con información, asesoramiento y apoyo. No veo que ello se esté llevando a cabo, y sería imprescindible. ¿A qué tenemos miedo?    
Evidentemente, la polémica que se ha generado desde el Gobierno y no pocos medios de comunicación en los últimos días acerca del protocolo que pretendiere adoptar la Junta de Castilla y León no solo desenfoca por completo el problema, sino que le arrincona más de lo que ya está, y con ello no se soluciona nada, al contrario, las mujeres que se encuentren ante la tesitura de abortar se encontrarán más aisladas y desprotegidas que nunca.
            
Fdo. Pablo Casillas González.