Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


Diálogo a la sombra, intrascendente

19/08/2020

¡Hola Pepe! ¿Cómo estás de humor hoy?    _Yo creo que como todos los días. Pero eso lo tienes que notar tú, pues yo no me veo. Miento, pues me miro al espejo cuando me levanto, y como soy un Adonis, me fijo si tengo una cana mas o un pelo menos. Pura vanidad.    _Pues estás guapísimo con esa melena que te cae por los hombros. _ ¡a ver si te tengo que dar un guantazo! Menos bromas, que con las que nos dan los políticos tenemos para dar y tomar. Pues con todo lo que está cayendo, parece que no hay problemas ¿te das cuenta con que serenidad o cara dura, nos hablan los políticos, sin pestañear? ¿será por dinero? Tú, vasco ¿Cuánto quieres y a cambio de qué? Y tú, honorable ¿Cuánto necesitas, además de lo otro? Vosotros sindicatos ¿Queréis algo? Y vosotros empresarios ¿Cuánto necesitáis? No hay que preocuparse, pues Europa nos va a dar cientos de miles de millones de euros, mas otros pocos mas que saquemos de los ayuntamientos y de los bolsillos de la gente, tenemos para cubrir las promesas. Pedid, pedid, y se os dará, que dice san Mateo.    _ Explícame Pepe, así que todo es cuestión de dar a la manivela de hacer billetes, y está todo solucionado.    _Pues no tocayo. Los billetes tienen el respaldo de una economía real, o como tienen en Estados Unidos, en unas reservas en oro, bien guardadas, pues sino el dinero no tendría ningún valor. ¿tú crees que te van a dar el dinero por tu cara bonita? No señor, se te dará con unas condiciones, como las hipotecas, si cumples los plazos y los acuerdos, todo va bien, y si no cumples, se acabó y te pueden embargar. En este mundo en el que vivimos, la generosidad se queda para los santos, no para los prestamistas. _Y ¿qué condiciones nos pueden poner?    _Pues invertirlo bien y que sea rentable, para que lo puedas devolver pronto y con intereses; o con otras tonterías que te pueden costar sangre, sudor y lágrimas. _ Pero bueno, esto es a largo plazo. _Ahí está la cuestión; que nosotros, mal que bien, tal vez salgamos de estas penurrias materiales, pero las generaciones futuras las van a pasar canutas. Tendrán que devolver el coste de todas nuestras alegrías y de este estado del bienestar que suena tan bien, pero que no está de acuerdo con nuestra riqueza real, pues creo que vivimos por encima de lo que podemos, y además de una forma absurda, que nada tiene que ver con estar bien; y sobre todo que la riqueza está muy mal repartida. Y si quieres verlo más claro, ponte en pequeño, en tu economía doméstica y verás que o vives con lo que tienes o te empeñas para toda la vida. Porque vivir siempre de préstamos, no es bueno, aunque a los teóricos economistas les parezca bien en esta macroeconomía que nos hemos montado. Pero claro, mientras el estado te suelte la pasta, allá él si se empeña. _Pero Pepe, el estado somos todos, ¿no? _Así es, amigo. Pero mientras los gobernantes solo vean el presente, harán lo que sea para que en tanto ellos gobiernen, todo vaya bien y se mantengan en sus sillones. No ven el futuro o les importa un rábano. Y nosotros, que también somos muy egoístas, diremos que los que vengan detrás, que arreen. ¡qué diferencia con nuestros abuelos, que trabajaban duro y ahorraban para dejar algo a sus hijos ¡Hoy prima el carpe diem, disfruta hoy de la vida que el futuro es incierto ¿Por qué tener hijos que no te van a dejar ir de juerga o a estudiar? ¿Por qué estar cambiando pañales cuando podías estar tomando unas cañas con los amigos, o de veraneo en tu segunda residencia, o de crucero por lejanos mundos? Los hijos son un coñazo que te atan sin poder hacer nada de lo que quisieras, y son una carga insoportable. _Entonces ¿tú crees que nuestra baja natalidad se debe a este egoísmo? _No lo sé, pues las causas son complejas, pero si te comparas con otros países de todo el mundo, da igual que sean más ricos o más pobres que nosotros, ves que en España pasa algo raro, pues ellos están muy por encima de nosotros en natalidad. Aquí esto parece un suicidio generacional programado en el tiempo, lento pero continuo, cuyo final casi se puede prever.  _Oye, se me ocurre si esto tendrá algo que ver con la España vacía o vaciada, que no sé cómo es mas correcto decir.   _No, no tiene nada que ver, al menos como causa única. Este es un tema para otra larga conversación, que si quieres lo dejamos para otro día. Hoy con hablar del tiempo ¡Jesús que calor hace¡ de la pandemia de este virus covid, que nos hace llevar a todos mascarilla, con la que no te conoce ni tu padre. Yo desde que vi en mi época de estudiante en el instituto de la calle Vallespín, una gota de agua por un microscopio, y lo vi lleno de bichitos moviéndose; y no digamos cuando vimos también una pestaña del ojo de mi adorada compañera Marialuisa, lleno de cientos de cosas rarísimas moviéndose, dejé de beber agua por unos días y de mirar a la pizpireta Marialuisa. Y es que estamos rodeados de bichitos por todas partes, que no los vemos, pero ahí están. Y de vez en cuando sale alguno malo, malísimo, como este covid, igual que sale algún ser humano malo, pero malo, malo, que son la excepción, pero que nos hacen la puñeta. A mí no me extraña nada de lo que cuentan, y deberíamos pensar que somos minúsculos en este universo, ser mas humildes, y dedicarnos a saber algo mas trascendental, y los que mas puedan, que se empapen de historia, filosofía y hasta religión, aunque no sea políticamente correcto decirlo, pues no solo de futbol vive el hombre. No seriamos tan soberbios. _Pepe, cuando te da por ponerte serio, me dejas aplanado. Esta noche antes de dormirme, voy a pensar un poco; y mañana te cuento.