Todos hemos acudido alguna vez a la consulta del oftalmólogo  (vulgo oculista) a fin de evaluar nuestra visión. Cuando algo falla en nuestro enfoque natural, el profesional de la vista nos va colocando diferentes lentes con el fin de determinar las más correctas para una visión nítida.
Es similar lo que estamos viviendo con el manejo de la información, su tergiversación y tratamiento interesado a fin de generar corrientes de opinión, pero en vez de enfocar nos desenfocan. Las redes sociales cuentan con muchas ventajas pero también son una fuente inagotable de datos sesgados, opiniones que parecen leyes y lo más importante, los usuarios en muchas ocasiones leen y reaccionan sin espíritu crítico y movidos por el calor de la inmediatez y el éxito social virtual.
El día 20 llegaba a los altares políticos San Biden y su comparsa, beatificado por todos los medios de comunicación sin haber empezado a gobernar, dando por supuesta una legislatura exitosa y con la eliminación de todos los males del mundo. Por contra el diablo cojuelo de Trump ha sido condenado arder en el fuego eterno sin evaluar nada de su gestión.
Con Rusia no se atreven tanto, Putin detiene a un opositor nada más pisar suelo ruso después de recuperarse este de un intento de asesinato mediante envenenamiento de sus gayumbos, pero no es algo importante.
Ayuso ha tenido que soportar críticas feroces por la construcción del hospital Zendal, pero se silencia los más de 800 pacientes que en vez de saturar los hospitales han ido directos a ese centro especializado para la pandemia.
Que bien nos enseñaron las cajas de vacunas con la pegatina del Gobierno, pero que poca difusión se ha dado al informe de las funerarias que cifra en OCHENTA MIL LOS MUERTOS por COVID en 2020.
Otra cosa que se le da poco bombo es a la conchabanza gobierno/presosdeETA. Pobres asesinos que están lejos de sus casas y familias, se nos tiene que encoger el corazón pensando en que los que asesinaron, mutilaron, extorsionaron y secuestraron no están cerca de su casa, pero tranquilos PSOE y Podemos han acercado a 103 de esas sabandijas a la Comunidad Autónoma Vasca.
Nos hacen mirar mucho hacia unas cosas y nos distraen como a perrillos con un trozo de salchicha en relación con otras. El espíritu crítico está muriendo, el pensamiento único avanza y nos envuelve, podía ser un lema «No pienses, ya lo hacemos nosotros por ti». La crítica, la discusión constructiva, la capacidad de análisis, los principios y los valores, están siendo fagocitados por una ideología perfecta para hacer mentes vagas, lentas, sumisas y obedientes.
La ley Celaá profundiza en esa tarea, no quiere que nadie sobresalga, tabla rasa del tonto con el listo, el mérito no existe, el esfuerzo no se recompensa, las cándidas almas de los estudiantes actuales no pueden soportar un cero, un suspenso o la repetición de curso (somos superhéroes los de la EGB). Por no hablar de la condena que supone eliminar la educación especial, la verdaderamente integradora al hacer posible una mejora vital en aquellos que presentan mayores necesidades. Es maquiavélico querer convertir en tontos a todos los futuros votantes. Es cruel e inmoral la condena que quieren imponer a los que necesitan de la educación especial. No dejemos de ver esta triste realidad por mucho que nos quieran distraer.