Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


Las gallinas que entran por las que salen

30/05/2023

La semana pasada –aún en campaña electoral– tuve la oportunidad de comentar con el alcalde de la Capital –candidato– como veía el resultado final. Dentro de su siempre desmedido optimismo, me afirmo que ganaría y con una mayoría absoluta, que no se produjo. Le comenté que quizás tras cuatro años de gobierno local los votantes que tuvo en 2019 no los tendría pues se sometía a un examen que llevaba implícito tanto el desgate (aparente) como la desilusión (hipotética). Su respuesta fue la frase que da título a esta columna traducida en los votos que pudiera perder, por los que iba a ganar. Quiquiriquí. 
Desconozco si el resto de candidatos y formaciones concurrentes también basaban su resultado en salidas y entradas de «gallinas» o por el contrario la medida de su éxito o fracaso no dependía solamente de las aves galliformes. En este gallinero abulense cuatro formaciones se exponían a ver cómo podían salir o entrar gallinas, mientras que las otras tres solo podían ganarlas. El resultado del domingo ha confirmado que el gallinero no estaba tan alborotado, ni descontento como se pensaba, pero si ha habido gallinas que han aleteado.
XAV ha visto como no le han salido del gallinero más gallinas de las previsibles a pesar de la baja participación (65,23%). Ha sido la ganadora de las elecciones en la Capital y su alcalde ha demostrado ser un «gallo de pelea» que para ser doblegado necesitará tener enfrente congéneres parejos. Hay que felicitarlo, con y sin peros, porque no ha perdido concejales (11) y si solo un puñado de votos (148) dentro de una alta abstención (34,76 %). No tiene mayoría absoluta para gobernar y de no pactar la legislatura con VOX o con PSOE los cuatro años van a ser complicados para el día a día en la granja, ya que será un riesgo «aparearse» unos días con unas gallinas y otros con otras. 
En el resto de la granja las gallinas salieron corriendo como pollos sin cabeza de Cs. En el PSOE, también, las gallinas emigraron y no entraron otras nuevas. Las que han quedado son «gallinas de cresta roja y cuello desnudo». Las cuatro que han quedado –solas en el pasillo de la izquierda–, sin embargo pueden hacer depender la marcha de una granja, en espera de lo que en apenas dos meses suceda en la granja nacional, donde el pronóstico es que queden como gallinas enjauladas ponedoras de huevos sin yemas. De similar especie y con peor suerte fue el intento de las «gallinas unidas» por sumar y que por segunda legislatura no «comerán» en ese corral.
Donde sí han entrado gallinas han sido en los comederos de la granja asignados al PP (insuficientes) y Vox (suficientes). Se estrenan con fuerza como aves de corral las segundas y aventuran revuelo. Estas se han alimentado de granos que vienen tanto de los comederos dejados por los descuartizados «pollos de cresta naranja», como por pollos descontentos del corral que alberga «gallinas de cresta azul». Estas a pesar de contar con vientos favorables para su vuelo aletearon sin fuerza. No queda mucho de lo que en la granja se conoció como la gallina de los huevos de oro (recuerden la fábula) y así las cosas no está muy lejana la llegada al corral de un sexador de pollos. 
La granja está completa para los próximos cuatro años y el reelegido «gallo Kiriki» está obligado a guiar al resto de gallinas para que pongan los mejores huevos, pero caería en un error si solo se pavonea delante de todas ellas. 

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