Domingo del Prado

Los lunes de Domingo

Domingo del Prado


Dos borricos y una noria

07/11/2022

Un lunes más, cien lectores,
me presento en esta hoja
para contarles a ustedes
con un poquito de sorna
lo que pasa por Hispania
antes de que ella se rompa.
El tema que nos ocupa
y que sale hasta en la sopa,
el de «la renovación
del viejo CEGEPEJOTA».
Los políticos de turno
hoy siguen dando la nota,
pues no quieren renovarlo
aunque nos lo exija Uropa…
Los dos partidos que mandan
y el otro que oposiciona,
siguen en plan testarudo,
entre disputas y broncas.
La renovación pactada
una vez más se revoca,
y por enésima vez
el acuerdo se demora…
Dimite el señor Donlesmes
y se arma otra vez la gorda:
—¡Hay que renovarlo ya!
Donpedro a Feijóoo le implora...
—¿Porqué no quieres firmar
eso del CEGEPEJOTA?
—Porque tú me has traicionado
por pactar con Catalonia…
Si le rebajas las penas
por la sedición dichosa,
la renovación ansiada…
¡ni se firma, ni negocia!
—¡No me toques los… narices!
—¡Más a mí tú me las tocas!
—¿Y que siga agonizando
el viejo CEGEPEJOTA…?
No tienes razón, Feijóoo,
creo que se te va la olla…
Renovar ese Consejo
es lo que creo que ya toca…
—La renovación no firmo
si tú antes no abandonas
el rebajarles las penas
a esos de La Catalonia,
que quieren romper Hispania,
aunque ya está medio rota.
—No exageres, Albertiño,
que eso mucho me joroba;
ni amenaces con echarme
fuera de La Mimon Cloa.
—¡Cuántas cosas barrería
si yo tuviera una escoba!
le contesta don Alberto,
mientras Don Pedro se enoja
y siguen dándose palos
y lanzándose lisonjas…
Y media Hispania se ríe,
la otra media se sonroja,
porque no aciertan los unos
y los otros se equivocan…
—Aunque, según don Tez Anos
aplaude La Hispania toda…
Mas yo, como soy neutral,
me quedo llora que llora…
pues gran dolor me produce
la situación tan penosa
que nos brindan los políticos
por ocupar sus poltronas:
—¡No me jorobes, Feijóoo,
no me cuentes más milongas!
—No rompas Hispania, Pedro.
Si al Pisdelmonte perdonas
y rebajas su delito
de conducta sediciosa,
en menos que canta un gallo
vuelve por aquí y la monta…
—Exageras, Albertiñooo,
no sucederá tal cosa…
¡El que yo tan guapo sea,
Alberto, no lo soportas!
—Pues eu de ti non me fío,
vivo en continua zozobra
y tengo, solo con verte,
tras de la oreja, la mosca.
—¡Espanta esa mosca, Alberto!
¡Tú firma… y cierra la boca!

Pero Alberto, erre que erre,
con su gallega pachorra,
no da su brazo a torcer
y el acuerdo se malogra…
Y prosiguen el diálogo,
porque mucho dialogan:
—¡Es que no tienes vergüenza!
—¡Pues tú también tenes poca!
—¡Tienes mucha caradura!
—¡Tú, mais dura qu´Luna roca!
—¡Pues…c subiré los impuestos!
—¡Pues si los subes, ni en broma
bajes tú los pantalones
y pierdas al fin tu honra…!
—¡Tú tan solo lo que quieres
es quitarme Mi Mon Cloa
y desnudarme del todo
y dejarme aquí en pelotas…


¿Quién tiene la culpa, quién,
de cosa tan bochornosa?
¿Cuándo, al fin, renovarán
el viejo CEGEPEJOTA?
Yo lo ignoro, mas les pido
a una camada y a otra
de borregos que, por fin,
todos de acuerdo se pongan
y renueven tal Consejo
según aconseja Uropa…
Porque llevan ya cinco años
dando vueltas a la noria,
cual si fueran dos borricos
detrás de una zanahoria…

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