Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


A veces lo llamado bío, o ecológico, no lo es tanto

11/11/2020

ESTÁ de moda esto de la desinformación, bulos o de las falsas noticias o las fake news (como si no tuviéramos un español versátil y hermoso para expresarnos).
En la Ecología, alimentación y el Medio Ambiente también existe algo similar, productos, elementos o energías que nos ‘venden’ como alternativas o respetuosas con nuestro entorno, pero que no lo son tanto, o aunque en su base el concepto inicial sea cierto, mal ejecutadas se convierten en lo contrario de lo que presumen.
Uno de los ejemplos más conocidos es el mal llamado ‘bío’-diésel. Su inicio y origen sí pudo ser ecológico; la idea era tratar de no quemar combustibles fósiles  y así reducir las emisiones de carbono durante la combustión de estos, y se trata de una fuente teóricamente renovable.
Pero el auge del mismo ha llevado a un incremento exponencial de estos monocultivos, con un enorme consumo de agua y fertilizantes y, lo que es peor, está llevando a la deforestación de algunas selvas para aumentar los campos de cultivo. Además está el componente ético de usar enormes extensiones de terreno donde podrían sembrarse numerosos alimentos para el ser humano.
Otra energía ecológica en su origen es la hidráulica, pero debe ser muy bien diseñada en cuanto a embalses se refiere y mantener un caudal ecológico que no anule la vida río abajo, poseer una escala de peces adecuada para no romper el ciclo biológico de los mismos y, sobre todo que los pantanos no destrocen espacios de gran valor natural.
La eólica más de lo mismo. El viento es ideal, no contamina y los generadores son una buena solución frente las energías contaminantes. Claro siempre que no se coloquen en lugares donde las rapaces se estampen contra sus aspas o destrocen un paisaje emblemático, algo que no siempre se cumple.
Y la energía solar fotovoltáica, a las que tantas trabas se ha puesto durante años en nuestro país incluso penalizando su uso (y eso que somos una de las naciones de Europa con más horas de sol al año)... Pues más de lo mismo. Se trata de una energía totalmente ecológica siempre que no se destrocen espacios valiosos, para poner grandes extensiones de placas, en lugar de favorecer su instalación en los tejados bien orientados de pequeños edificios, comunidades de vecinos o chalets y casas individuales.
Y es que hasta el 5G nos lo venden como ‘ecológico’, porque la batería dura mucho más que el anterior al tener una señal más efectiva, ignorando la presunta radiación que emite y sus posibles efectos sobre todo ser vivo en su radio de acción.
Y de la nuclear mejor no hablar, porque algunos la promocionan también como ecológica porque esa tampoco produce emisiones de Co2.  ¡Anda ya! 
Este pequeño relato muestra que no todo lo promocionado como ecológico lo es, y que aunque en su esencia lo sea, puede convertirse en perjudicial.
Es como una medicina que cura pero si te pasas cuatro pueblos con ella se convierte en un veneno letal. :-(