"Queremos que tengan habilidades para estar en la sociedad"

E.C.B
-

Arturo López Fernández trabaja como psicólogo en Autismo Ávila. Una experiencia vital que, según comenta, le ha hecho «evolucionar como persona y ver las cosas desde otras perspectivas». A ello suma su labor como profesor asociado de la USAL

"Queremos que tengan habilidades para estar en la sociedad" - Foto: David Castro

Entenderse a sí mismo y a los demás y ofrecer su apoyo a las personas. Esas fueron las principales motivaciones que llevaron a Arturo López Fernández (Ávila, 1993) a estudiar Psicología. Una profesión que actualmente desempeña en la asociación Autismo Ávila y en la Facultad de Magisterio de la Universidad de Salamanca como profesor asociado.

Estudió infantil en La Encarnación, su barrio, y de ahí pasó al Pradillo y después al IES Vasco de la Zarza, de donde guarda un recuerdo especial de su profesora de Filosofía, Sonsoles, que como comenta, «nos ayudó a abrir la mente, a ver las cosas desde otro punto de vista», algo que le ha ayudado luego a nivel profesional, y le motivó para estudiar Psicología, en Salamanca.

Asegura que siempre ha sido una persona que «a nivel personal he caído simpático, pero al mismo tiempo a mí me costaba un poco entender a los demás». De ahí que considerara que la Psicología le podía ayudar «a entender a otras personas y a ayudarlas y ofrecerlas apoyo cuando fuera necesario y mejorar la calidad de vida de las personas».

De la carrera, comenta que «te da una base teórica muy necesaria para tu desempeño profesional, pero bajo mi punto de vista, faltaba mucha formación práctica. Da una visión muy general de la Psicología, de cómo funcionan las personas a nivel emocional, pero se quedaba corto en el sentido de que se necesita una especialización". Ahí es cuando surgió la necesidad de estudiar un máster en Neuropsicología, y después, para poder trabajar en el ámbito sanitario realizó otro máster en Psicología General Sanitaria.

A partir de ahí comenzó a trabajar en la asociación Autismo Ávila. «Durante el máster de Psicología General Sanitaria teníamos un whatsapp y pusieron una oferta de Infojob diciendo que necesitaban un psicólogo con ciertas características que trabajara en este ámbito, con muy poquitas horas de contrato al principio, para llevar proyectos europeos de investigación en un principio. Eché el currículum, me llamaron para una entrevista y es cuando comencé a trabajar», explica Arturo López, quien apunta que «desde las funciones principales que tenía en un principio e ido rotando por los diferentes servicios para conocer cómo funcionaba la asociación, para ver cómo eran los usuarios, los profesionales, y además estaba a cargo de los proyectos europeos. Luego a partir de ahí hemos ido diversificando y ahora también me encargo del apartado de diagnóstico y evaluación, con el apoyo de otro profesional; doy apoyo psicológico a las familias y a los propios chicos con autismo, y dentro de los servicios de atención temprana les damos el apoyo que necesitan para adquirir las habilidades que serían acordes a su desarrollo». Además, dentro de la editorial de la asociación revisa algunos textos e incluso ha coeditado algunos. Precisamente ese fue el germen del libro que acaba de publicar, 'El autismo según Sheldon Cooper. Entrevista no oficial de un intrépido periodista al ganador del Premio Nobel de Física'.

Trabajar en Autismo Ávila, reconoce, «ha sido una experiencia de crecimiento personal y profesional muy importante desde el principio». «Yo había trabajado previamente como psicólogo consultor. Tenía una consulta propia y había trabajado en diferentes aspectos de la persona como depresiones, ansiedad, normas de pareja y similares. En el caso del autismo se requiere de una intervención muy especializada porque es muy importante comprender la forma diferencial que tiene de ver el mundo y llegar a hacerlo es muy difícil, es más, no llegamos a comprenderlo del todo en ningún momento», explica.

El autismo es una condición del neurodesarrollo que conlleva una serie de pensamientos, ideas, valores y comportamientos diferentes a lo habitual, pero como comenta Arturo López, «por el hecho de que sean diferentes no quiere decir que sean malos». El principal problema en el autismo son problemas de interacción y comunicación social. «Como seres que vivimos en sociedad tenemos que ser capaces de relacionarnos con otras personas y aquí es donde surgen las dificultades, pero con la intervención no cambiamos la forma de ser, es decir, no queremos curar el autismo porque no es una enfermedad, sino que tengan habilidades para estar en la sociedad de forma autónoma», subraya, al tiempo que indica que «hay que aprender el gran esfuerzo que hacen ellos como individuos para soportarnos a nosotros y es verdad que a nivel social todavía falta mucha conciencia sobre lo que es el autismo. Tenemos que hacer un esfuerzo por comprenderles y no ponerles barreras».

Como experiencia vital, «trabajar con personas diferentes a ti te ayuda muchísimo a ampliar tu espectro de pensamiento en relación a por qué doy por hecho cosas que para mí son evidentes pero que quizás no lo sean tanto», explica el psicólogo, quien añade que «trabajar con ese tipo de personas te ayuda muchísimo a ver las cosas desde otras perspectivas».

También, asegura, le ha hecho «evolucionar como persona, ver que a veces nos preocupamos por tonterías cotidianas de la vida diaria, cuando hay personas que tienen más dificultades para integrar lo que sucede en su entorno social y salen adelante de forma muy resolutiva». «Además, siempre nos centramos en sus debilidades, pero tienen muchas potencialidades y aprendo muchísimo con ellos porque, aunque pueden tener unos patrones más restringidos de intereses, son especialistas y te dan mucha información».

Ya todo lo anterior se suma «la alegría que transmiten, más al trabajar como nosotros con niños. Generan situaciones muy divertidas y ves que son auténticos. Coger un poco de esa autenticidad y espontaneidad que tienen para aplicárnoslas nosotros a veces», comenta.

Proyectos europeos. Autismo Ávila forma parte de algunos proyectos europeos Erasmus+. La asociación tiene un colegio propio, Tréboles, independiente aunque esté dentro del Pablo VI, y con ese colegio pueden acceder a proyectos de mejora educativa para niños con TEA y Arturo López es responsable de los proyectos en los que colaboran con universidades y colegios de Turquía, Bulgaria, Inglaterra, Israel o Francia.

Actualmente son tres. El primero, de desarrollo de una aplicación para tablet o de ordenador para mejorar la atención de personas con autismo; el segundo, sobre el uso de realidad virtual para la mejora de procesos educativos en niños con autismo, en el que se está desarrollando un software de realidad virtual mediante el cual ponen al niño en esa situación de aprendizaje, pero en un entorno virtual controlado; y el tercero, un proyecto de realidad aumentada, ARBIT, en el que se va a hacer una investigación a través de una aplicación ya existente, Pictogram Room, con algunas modificaciones para mejorar el software. «Busca mejorar las habilidades de imitación, atención conjunta (compartir experiencias) y conocimiento corporal de niños con autismo», explica el psicólogo, quien remarca que «es importante trabajar en este tipo de proyectos porque nos dan herramientas educativas muy útiles para usar en clase».

El libro. Arturo López Fernández explica sobre el libro sobre autismo que ha visto la luz este año que «asta que no estás en este tipo de trabajos no eres consciente de las necesidades que hay, y cuando empecé a trabajar, hablaba con mis padres o con amigos y tenían unas ideas muy distorsionadas de lo que es el autismo o no lo entendían. Pensé que si las personas que están en mi entorno tienen esas ideas preconcebidas, el resto de la población estaría igual o peor, y entendí que la mejor manera de llegar a la gente era escribir una obra en relación a esto».

«Soy un poco gamberro y me gusta la literatura de Duglas Adams o Jonas Jonasson, con un humor extraño, y tenía en mente hacer algo parecido a eso, que me ayudase a entender lo que es el autismo, pero siendo respetuoso, y así surgió la idea», señala.

En principio, -relata- «era un libro sin Sheldon Cooper, sobre mitos del autismo con un montón de chistes y cosas similares, y cuando se lo presenté a la editorial, el editor me planteó relacionarlo con un personaje como Sheldon Cooper para poder llegar a más gente, y así surgió. El problema era saber si lo que estábamos expresando era ofensivo para personas con autismo y le pedimos a Javier López, que es un persona adulta con autismo que lo leyera y nos diera su opinión, y es el autor del prólogo del libro. A partir de su criterio, que nos dijo que habíamos entendido perfectamente lo que era una persona con autismo y que se veía muy bien reflejado, dio la mano a poder publicarlo».

Ahora está en plena promoción del libro y asegura al respecto que «no me importa tanto el número de ventas como que la persona que lo compre se lo lea y lo entienda. Si triunfa, mucho mejor, porque significará que está llegando a más gente, pero realmente me interesa que este libro sirva para ayudar a comprender lo que es autismo».

Labor docente. Desde que acabó la universidad, Arturo López siempre quiso trabajar como docente porque «para mí la transmisión del conocimiento es esencial en la sociedad, formar a futuras personas». En ese sentido recuerda que estuvo hace un par de años trabajando como guía de neuropsicología explicando cómo funciona el ilusionismo y «me gustó mucho la experiencia, porque dábamos explicaciones a fenómenos que parece que no la tiene y veía que las caras se iluminaban».

A partir de ahí siempre pensó en trabajar en la universidad de alguna manera, atraído por la investigación. Y la oportunidad surgió hace dos años en la USAL para trabajar como profesor asociado dentro de la Escuela de Magisterio de Ávila en asignaturas como Sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación, Psicología de las dificultades de aprendizaje y Necesidades educativas especiales y promoción del desarrollo personal y social. Además participa en el Servicio de Intervención y Asesoramiento de Dificultades del Lenguaje Oral y Escrita, un proyecto de transferencia educativa, que además permite a los alumnos de la escuela acceder a ese conocimiento de una forma práctica.

Esa condición de profesor asociado, según comenta, «permite juntar la parte académica con tu experiencia profesional en el campo práctico. Mi trabajo en la asociación me ayuda muchísimo a conectar con los alumnos y al mismo tiempo el trabajo en la universidad me ayuda a tener una formación continua e investigar para luego aplicarlo en la asociación, a costa de tener poca vida personal, pero estamos en fase de aprendizaje e investigación».