Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


El patrimonio cultural ¿de quién es?

05/10/2021

Esta pregunta no es nueva, ni las contestaciones que se han dado a la misma, tampoco. Pero nuevamente ha surgido, visitando la Exposición de Las Edades del Hombre, en el Santuario de La Peregrina, en Sahagún (León), una de las cinco iglesias y tres localidades, en las que se desarrolla esta nueva versión de la magna exposición, edición nº 25 denominada LUX, donde se había desarrollado el capítulo Mater Misericordiae. Y allí nos topamos con un cuadro ya conocido, pero que no deja de entusiasmar, no muy grande, solo medio cuerpo, de la Virgen Dolorosa, de Alonso Cano. A la virgen María se la ha representado, bien en talla o en pintura, o muy bella, o muy joven, o muy vieja, o muy dolorosa, casi siempre muy idealizada, pero ésta es una de las pocas donde María madre, es totalmente humana, de esa edad madura, pero indefinida, como a veces vemos en las monjas, con una  gran serenidad en la cara, pero que manifiesta el dolor interno de una madre por la muerte de su hijo, pero a la vez, lo indican sus manos con los dedos entrelazados, expresando la adoración por algo trascendente al contemplar algunos símbolos de la pasión de Cristo que descansan en la parte baja del cuadro, sobre un lienzo blanco, lo que hace que la mirada de la virgen sea hacia abajo y tenga sus ojos semientornados, sin ningún dramatismo, sino con una gran serenidad. Es estupenda. Sin embargo, era poco conocido este cuadro y menos su autor, por no tener documentación sobre el mismo y estar en zona de clausura, en el Monasterio de Gracia, de monjas agustinas, aquí, en Ávila, hasta que algunos investigadores, como Brasas Egido, profesor de Historia del Arte, de las Universidades de Salamanca y Valladolid, y Académico de san Fernando, o Alonso Pérez Sánchez, cuando era director del Museo del Prado, empezaran a decir y atribuir al pintor Alonso Cano, la autoría de este cuadro, sin ninguna duda. Este salió a la luz y fue expuesto por primera vez en la edición de Las Edades de 2004 que, con el nombre de Testigos, albergamos en Ávila y en su catedral, y que ahora ha vuelto a ser expuesta; mas, su cartelito indicador al pie, dice estar en el convento de san Ildefonso, también de monjas agustinas, en Talavera de la Reina (Toledo). Como algunos saben, las pocas monjas que quedaban en Ávila, que ya no podían atender ese inmenso edificio, ni a ellas mismas, obedeciendo órdenes superiores, tuvieron que abandonarlo y refugiarse en otro convento hermano de Talavera. Y se llevaron algunas cosas, como este cuadro. La pregunta surge: el cuadro ¿a quién pertenece? ¿a las monjas de Gracia? ¿a su Monasterio aquí? ¿a las monjas agustinas? ¿a la ciudad de Ávila? ¿quién fue el donante? ¿por qué lo donó aquí y a quién? Trabajo para los investigadores. No es el único caso, pues tenemos otro, de época cercana, cuando las monjas clarisas de Las Gordillas, que han sido noticia reciente por un derrumbe de su tapia, hicieron el traslado a su nuevo convento, llevándose también algunas cosas, como el sepulcro en alabastro de Vasco de la Zarza, de su fundadora Dª María Dávila, o la arquita que contiene el testamento de la misma, interesante, pues como sabemos Dª María, tiene mucha historia en Ávila, pues entre otras cosas, fue la primera fundadora del Monasterio de Santo Tomas, antes de que lo asumieran los Reyes Católicos; también de la Capilla de Las Nieves o del santuario de Sonsoles. Hoy en la nave de la iglesia de santa María de Jesús, solo queda un arcosolio en el muro norte, ahora extraño porque no nos dice nada, y que estuvo antes dentro del coro bajo en clausura, por lo que era imposible ver este hermoso sepulcro, que se contempla ahora en la capilla del nuevo convento, en la calle de la Luna. Pero ¿y si las monjas se hubieran ido fuera de Ávila, se hubiesen llevado esta joya? ¿a quién pertenece este patrimonio histórico, artístico y cultural? 
 ¿Por qué muchas esculturas del Partenón (Grecia) están en el museo del Louvre (Paris)? ¿Por qué el hermoso busto de Nefertiti (Egipto) está en el Museo Egipcio de Berlín? La lista sería muy larga. Pero ciñéndonos solamente a lo que pasa en Ávila, y como pequeña muestra ¿Por qué los restos de la ermita románica abulense de san Pelayo y san Isidoro yacen medio abandonados en el Parque del Retiro de Madrid? ¿Por qué la Biblia de Ávila está en la Biblioteca Nacional de Madrid, robada a la catedral de Ávila? ¿Por qué los cuadros de Pedro Berruguete, que pertenecen al Monasterio de santo Tomas en Ávila, están en el Museo del Prado? La ley intenta poner orden en estos trasiegos producidos en todas partes y en todos los tiempos.
Son muchas las consideraciones que rodean este tema, de orden político, económico y legal, de protección y conservación, de traslados, de compras y ventas, o acaso robos; pero cada vez son mas las voces autorizadas que apoyan el derecho inalienable de los pueblos, los que tengan y deban conservar ellos mismos su patrimonio, sin negar la universalidad de la cultura y que estos bienes puedan ser disfrutados por todos.