Roberto Ponce

Hablemos de Ávila

Roberto Ponce


La espera

23/03/2022

Tras el último Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León el portavoz expresaba en la comparecencia a medios de comunicación que pronto conoceremos cómo se quiere atajar el problema de las listas de espera en cuanto a las operaciones se refiere.
Carlos Fernández Carriedo apuntaba que éstas han crecido como consecuencia de la pandemia, «que los centros sanitarios han estado muy centrados y muchos profesionales, incluso los no especializados en el ámbito de las urgencias o neumológicos, han prestado servicios de lucha contra la enfermedad, también en las UCI». Lo cual era muy de agradecer, indicaba.
La idea de la consejería de Sanidad es poner en marcha un plan para reducir estas cifras con recursos propios, ampliando jornadas, y medios externos. Ojalá pronto.
Lo que yo expongo no es algo grave, esperemos. Mujer, 75 años, con dolor desde la cadera hasta la rodilla. Entiende que muscular pero ella no es doctora, ni enfermera, ni parecido. Por eso, cuando este capítulo comienza, en el mes de julio de 2021, acude a la consulta del médico de cabecera, que la deriva al traumatólogo.
Esa cita tiene como fecha 26 de enero de 2022, 6 meses después. No sé si la pandemia tiene algo que ver, pero ya es destacable la circunstancia. Esta señora convive con dolores y problemas puntuales de movilidad. Eso no la impide seguir con su rutina, en la medida de sus posibilidades, de alguien sano en apariencia.
Da la bienvenida al nuevo año pensando que ya queda menos para encontrarse con el profesional que tiene que hacer el diagnóstico y buscar solución a una dolencia que merma el caminar al quedarse bloqueada la zona.
Llega el día, hospital provincial de Ávila. El médico solicita una resonancia que aporte más información. Pese a ser catalogada como paciente «preferente» la cita queda ahí tras escuchar esa manida frase «ya la llamarán».
A los dos meses concretan la fecha para la resonancia, que es este pasado domingo. Una vez hecha la prueba el siguiente paso es pedir cita para que, de nuevo, el traumatólogo la reciba.
En 10 días, ¡10 días!, estarán los resultados que serán valorados por el especialista en una fecha por determinar. La sorpresa, que ya no lo es tanto, es que le informan que ese día será en… 7 meses, ¡en octubre!
Luego seguirán recomendando desde la consejería, los centros de salud y demás organismos, que la población se haga revisiones porque lo importante es la prevención. Sí, ya. Y esto es para algo que, suponemos, no será grave, pero ¿y si esconde un mal mayor?
Seguro que muchos de ustedes tienen un caso cercano en similares circunstancias. No sé de quién será la culpa, si de los pocos recursos que hay, de la pandemia que ya es excusa para todo, de la planificación, de la estrategia política en materia sanitaria… Pero está claro que es algo inasumible, porque en muchos casos cuesta vidas.
De momento, lo que supone es dolor y mucha paciencia porque, por ejemplo, se ha tenido que personar en el hospital provincial ya que durante dos días, en horario de mañana y de tarde, no ha sido capaz de contactar con alguien que le dé cita por el teléfono. Así estamos.
Muchas gracias a todos aquellos trabajadores de la sanidad que consiguen acortar estos periodos de espera ajustando citas tras anulaciones.