Entre  25.000 y 30.000 personas pasaron por Arévalo el pasado sábado para asistir ese día a los diferentes actos que desde el  Ayuntamiento se habían programado con motivo de las fiestas de la Virgen de las Angustias, confirmó a este periódico su alcalde Francisco León. El acto que mayor interés había suscitado había sido el Toro de Cajón que se organizó a las 13 horas, pero también los fuegos artificiales que se desarrollaron por la noche o el 'pasabares' con la charanga 'El Meneíto', que consiguieron llenar las calles por donde discurría esta actividad. «Era increíble porque nunca habíamos visto Arévalo así, con tanta gente», indicaba León. Este acontecimiento taurino levantó tanto interés que fueron miles las personas que se desplazaron desde distintos puntos de la comunidad para verlo en directo. Desde Ávila capital (desde donde se desplazaron varios autocares, indicó el regidor) Valladolid, Salamanca hasta Zamora. Hasta personas de Cáceres se desplazaron hasta Arévalo y desde luego, también de la comarca. Después del Toro de Cajón la gente permaneció en Arévalo para asistir a los actos que se habían programado esa tarde-noche, con el pasabares-con la charanga el 'Meneíto'. Posterior mente el disjey u los fuergos artificiales, que resultaron una grata sorpresa para las miles de personas que se repartian por las calles de Arévalo para contemplarlo en directo, por la calidad del espectáculo que presentó la empresa a la que se contrató. Después continuó la fiesta en la zona de los Muleteros con un disjei. El domingo  finalizó con una de las pruebas del campeonato de Castilla y León de Motocross y al mismo tiempo una actividad de arqueoturismo con la visita a los subterrános de la ciudad y por la tarde con el taller infantil. Señalaba también el alcalde que le comentaron algunos empresarios que el éxito y la respuesta de la gente ha sido tal que el sábado por la tarde tuvieron que cerrar algunos lugares de restauración porque «yo no tenían más que dar a la gente», al haber agotado las existencia que tenían para ese día. «Ha sido un éxito tremendo y para mi me llena de orgullo, aunque haya sido el último año. Porque la pandemia nos hizo mucho daño y todas estas ideas que pretendíamos haberlas puesto en práctica el primer año, pero no hemos podido materializarlas hasta este año».

Reconoce Francisco León que desde el primer año que entraron pretendían incorporar cosas nuevas en la fiesta de las angustias. Reconoce que pretendían cambiar una situación que se repetía año a año:  el hecho de que Arévalo después de la procesión se vaciara, porque los vecinos se marchaban fuera. «Pretendíamos que no solo se quedara la gente de Arévalo, sino que viniera gente y disfrutara con nosotros de las fiestas de la Virgen de las Angustias». Reconoció que este año lo han conseguido desde el primer momento, «desde el minuto uno ya lo conseguimos. En las vísperas con la chocolatada y la hoguera que hace la cofradía ya se consiguió y se completó con el dijei». El día de la fiesta fueron miles las personas que se congregaron en los actos religiosos tradicionales. La iglesia de Santo Domingo estaba repleta de fieles y la procesión congregó a muchas personas. Por la tarde la orquesta que vino «tengo que reconocer que lo dieron todo», señalaba León. Se respetó el silencio que requería el acto religioso que había a partir de las 7. Los músicos en ese momento tuvieron un descanso. Después de las ocho continuó la verbena por la noche.

Desde el ayuntamiento se habían programado actividades «de todo tipo y para todos los gustos y edades». La ópera también continuó con la tónica que han tenido los actos que se han desarrollado estos días, con una muy buena respuesta de gente para una música y espectáculo cultural de primer orden. Ya esa tarde-noche Arévalo estuvo muy repleta de gente, sostenía León.