Comienza la Cuaresma, el tiempo de preparación para la Pascua, un periodo que tiene su inicio en el miércoles de ceniza, jornada que de forma popular se traduce en el día dedicado al entierro de la sardina, cuando se pone fin al carnaval.

Este fin en Ávila se vive de manera muy especial en Las Vacas desde donde se organiza el cortejo fúnebre que termina en El Chico, con la quema de la sardina y la posterior sardinada con más de medio millar de raciones que llega de la mano del Ayuntamiento.

Pero esto solo es el colofón puesto que lo que hace especial esta fiesta es vivirla con su cortejo, el que se reunió una vez más en la plaza de las Vacas, barrio desde el que se organiza esta fiesta, y que este año acompañó con una gran presencia de público, que optó en su mayoría por llevar mascarilla a pesar de ser un acto al aire libre.

De carnaval a cuaresma

Curas, monjas y algún representante de la muerte volvieron a formar parte del cortejo, con su principal representante con tricornio incluido, y que acompañaba a esa gran sardina que se desplazó en una carroza para después quemarse en el Chico. Con la música como apertura, uno de los momentos más esperados es poder escuchar las letanías a las que siempre se responde con el correspondiente amén y van seguidas de un buen baño de 'agua bendita'.

Con ese tono humorístico, pero también crítico, los políticos y las elecciones se llevaron su ración de comentarios. "Nos van a vender la moto prometiendo soluciones para que les demos el voto", decían, para continuar con "unos dirán que ellos siguen y otros dicen que se van, no creo que del sillón nadie se quiera bajar". "Y ganarán los de siempre y los de siempre perderán, que siempre vendrá después otro bueno que te harán", continuaba, para tener sus palabras al alcalde al que le dijeron: "alcalde la pata metes y después la pata sacas, por eso te hacen las coplas y la oposición te ataca". Y una pregunta que se lanzón con "no nos valen más promesas queremos hechos reales, ¿nuestra opinión interesa o es que son todos iguales?".

Muy pegados a la actualidad, la guerra en Ucrania formaba parte de los textos preparados para la ocasión. En este caso con "Porque… no se rinde Ucrania… Putin se ha cabreado, les ha mandado los tanques y no veáis la que ha liado. Ya se ve que a Vladimir no le gusta el carnaval tiene cara de amargao y se lo monta fatal. Y esos locos mandatarios delirantes de poder que destruyen adversarios sin saber muy bien por qué".

Con el entierro de la sardina se pone fin a la celebración del carnaval que este año sí, a pesar de la pandemia, se ha podido celebrar.