Cir&Co dice adiós con aforos repletos y cifras prepandemia

M.E
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«Satisfacción» en la organización por la respuesta del público en las más de 80 actuaciones de 28 compañías de nueve nacionalidades

Cir&Co dice adiós con aforos repletos y cifras prepandemia - Foto: David Castro

La décima edición del Festival Internacional de Circo de Castilla y León, Cir&Co, ya es historia. Una edición redonda en los números, en la calidad y cantidad de las más de 80 actuaciones de 29 compañías de 9 nacionalidades, pero también en la respuesta del público, que volvió a llenar plazas y palacios para disfrutar del mayor espectáculo del mundo. Aforos completos en la gran mayoría de pases y «cifras prácticamente prepandemia» son aspectos destacados por la organización, en manos de la Junta, que también destaca la vuelta a la normalidad tras dos años con restricciones y el carácter internacional de la propuesta.

El delegado de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández, subrayó que Cir&Co se consolida como «el festival de referencia a nivel nacional y uno de los más importantes de ámbito internacional» gracias a su «binomio de patrimonio y artes circenses». «Han sido miles de personas las que han disfrutado del festival, que deja recursos y actividad económica para la ciudad y nos sitúa como la capital mundial del circo», señaló Hernández Herrero, quien también agradeció el trabajo de las personas que lo han hecho posible y aventuró una undécima edición.

El coordinador artístico, Carlos Tapia, habló de una «afluencia masiva» en casi todos los espectáculos y de unos 10.000 asistentes en algunos días. «También estamos muy satisfechos por la respuesta del público, los diez años del festival se notan y los artistas se van encantados de Ávila», apuntó. 

últimos espectáculos. Al margen del balance oficial, a Cir&Co todavía le quedaba una potente última jornada en la que se pusieron en escena siete espectáculos para seguir dibujando sonrisas en grandes y pequeños y dejando al público sin aliento, como la apuesta por las acrobacias de mástil chino en torno al viaje emocional de 'Sed' y el juego hipnótico de la peonza con 'Poi', los dos estrenados el sábado. ¿Se puede hacer arte bailando una peonza? Está claro que sí.

También la compañía vasca Zirkozaurre volvió a ofrecer en el Chico su espectáculo 'Kobr3', que prometía hacer girar a los espectadores en torno al cobre y a unas revoltosas pelotas que no siempre hacían lo que se esperaba de ellas. Movimientos y malabares como elementos complementarios y como «dos viajeros con rumbo incierto en un camino compartido». ¿Quién mueve a quién? A través de sincronizadas  coreografías acompasadas con la músicatres artistas combinaron técnicas de malabares y manipulación de objetos para proponer un armónico espectáculo lleno de plasticidad y complicidad, en una muestra más de circo contemporáneo de las tantas que ha dejado el festival.

El Palacio de Bracamonte abrió su puertas para '361 grados', de la compañía andaluza Proyecto Tránsito, un estreno en Castilla y León de elevada calidad técnica y bella factura con juego de efectos psicológicos y físicos, en torno al caos,  y la ayuda de los hula hops.

Las acrobacias de Lotta &Stina con 'Rola Bola', llegadas desde Finlandia, desafiaron a la gravedad en sus dos pases en el Mercado Chico. Con un toque burlesco, el espectáculo volvió a poner de relieve la delgada línea entre el equilibrio y el desequilibrio para dejar constancia de lo asombroso que puede llegar a ser el arte circense.

La céntrica plaza abulense también fue el escenario de 'Greedy', de Kiné Circus (Etiopía), una propuesta que mostró pinceladas de la identidad cultural etíope en la antesala del cierre. 

Pero todavía quedaría 'Marabunta', de Gillem Albà, en El Episcopio, un show de clown que prometía ser enérgico como la última invitación a la diversión de esta décima edición de Cir&Co.