Furtivismo y ataques de lobo bajan en la reserva de Gredos

I.Camarero Jiménez
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Tras superar un 2020/21 que ha sido «el peor de 117 años de historia» la esperanza vuelve a la Asociación de Propietarios de los Terrenos de Caza de Gredos

Furtivismo y ataques de lobo bajan en la reserva de Gredos - Foto: David Castro

La Reserva de Caza de Gredos retoma el pulso a la actividad cinegética. Muestra de ellos es que este sábado tuvo lugar la tradicional subasta en San Juan de Gredos y lo hizo tras un año de inevitable parón. En 2021 no se celebró y en 2020, aunque sí tuvo lugar  y se adjudicaron todos los lotes, todo se fue al traste con motivo de la pandemia. 

De hecho el año 2020/21 «ha sido el peor de la historia de la reserva por causas ajenas a la reserva» y eso es mucho decir teniendo en cuenta que hablamos de que ésta va a cumplir 117 años de tradición cinegética.  Han sido, sin duda, tiempos difíciles para la Asociación de Propietarios de los Terrenos de Caza de aquel bello lugar, pero parece que ven la luz al final del túnel. 

Además, apunta el diector técnico de la reserva, Manuel Díez, que  la temporada de caza que arrancó el 1 de abril de 2021 y que culmina este 31 de marzo para dar paso a la siguiente ya contabiliza «113 ejemplares abatidos» y eso significará más de 1,2 millones de euros que se repartirán por las arcas de la asociación, además de en mejoras en la reserva y de la inversión en las imprescindibles labores de vigilancia. 

Consideran que llegarán cuando menos a cerrar temporada con 125 ejemplares cazados. «No es una cifra histórica, pero sí muy buena», continúa Díez.  Y más comparada con la anterior que cerró con 26 ejemplares cazados. Sin duda, «volvemos a los niveles prepandemia», pero con más ingresos porque tras la covid, la fuerte demanda llevó hacia arriba los precios y se va a superar la suma de 1,2 millones de euros como cierre de la presente temporada.

No todo llega a la asociación, como decíamos. Lo explicamos: de las 39.000 hectáreas, 9.000 son propiedad de la Junta y el 100% de los ingresos que les corresponden se destinan a  mejoras y a vigilancia. El resto, 30.000 hectáreas son de la Asociación. Pues bien, el 85% de lo que les corresponde va a los ayuntamientos y a asociaciones y el resto, el 15% a mejoras en la reserva. Todo ello podrá volver a materializarse.

Cuando hablamos de la reserva y de las 7.000 cabras que 'residen' en ella, hablamos de una 'casa' para estos animales de 39.000 hectáreas de magníficos e imponentes terrenos tanto en la vertiente norte de Gredos como en la sur. La población de cabra montés «se mantiene» en esos números desde hace tiempo (desde el año 2000) y es así por ser considerada «óptima» por aquello de que los recursos que la montaña ofrece a la especie no se sobreexploten, un asunto de calidad de vida para los animales, podríamos resumir.

Animales, por cierto, que sufren ahora en menor medida los embates del lobo y de los furtivos, tras varios años de pesadilla. En cuanto al lobo, sus ataques y las muertes de cabras asociados a ellos experimentaron un repunte en 2019/20 que supuso un grave problema. Las cifras han ido bajando y en este 2022 sólo están constatados dos ataques. Tiempo queda por delante, pero de momento la cifra no es escandalosa.El año anterior fueron 18; en 2020, 19 y en 2019, 49. ¿Los motivos del descenso?«Que los animales han aprendido a defenderse»  y que muchos ataques los producían, «más que lobos ibéricos, cruces de perro con lobo».  Ante estos, la Administración puede actuar, no como contra el lobo por ser especie protegida. Puede y lo ha hecho. Se ha llevado a cabo «el control» de esos cruces y se ha constatado que lo eran («visualmente y genéticamente son distinguibles»).

Al respecto del furtivismo, la mortalidad de cabras también ha ido a menos. De 14 ejemplares muertos en el 2019/20 han pasado a 9 en 2021 y a 4 en 2022. Queda mucho del año en curso, advierte el director técnico y «las peores épocas, además». Se explica:«Es en primavera y verano cuando más atacan estos delincuentes». Es así porque «pernoctan en la sierra y en esos momentos las condiciones climatológicas son más propicias». Cuenta  que el problema del furtivismo es más grave porque el del lobo supone un asunto de «coexistencia entre especies»; ahora bien los furtivos son otra cosa: «Son delincuentes», sin matices. No sólo matan al animal, también atentan contra la economía de la gente de la zona que deja de percibir un dinero por ese ejemplar. Contra ellos afirma que «se hace lo que se puede» por parte del Seprona, en colaboración con los vigilantes de la Reserva y del personal de la Junta pero sigue habiendo ataques de furtivos, relata. 

En la reciente  subasta se han sacado a la palestra 85 permisos para abatir cabras montés de esta reserva. Son en general ejemplares «añosos» y «los que peor vitalidad tienen». En muchas ocasiones «están ya próximos a morir por edad o por enfermedad». 

caza selectiva. En Gredos la caza es «selectiva» y se cuida sobre manera a la población: «Si esos ejemplares seleccionados para ser cazados no se abaten, morirían igualmente y no repercutiría en las arcas de la asociación y en beneficio de la Reserva ».  Además, la actividad de la caza en cualquier caso «no supone -afirma- una merma ni para el número de ejemplares ni para la vitalidad de la especie». Por cierto el cazador «siempre va acompañado de un celador de la Reserva que le indica el ejemplar a abatir».