«Ávila pesó mucho en la vida y en la obra de Delibes»

D. Casillas
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El director de la Fundación Miguel Delibes, junto con los abulenses José María Muñoz Quirós, Eduardo Garcinuño y José Pulido, participó ayer en una mesa redonda para hablar de la relación del autor de 'Las ratas' con nuestra tierra

«Ávila pesó mucho en la vida y en la obra de Delibes»

La actividad de la Feria del Libro de Ávila cerró su jornada inaugural con una mesa redonda dedicada a hablar de la relación de Miguel Delibes con Castilla en general y con Ávila en particular, acercamiento a uno de los ejes fundamentales en la vida y la obra del gran maestro de la literatura en castellano que contó con la participación del director de la Fundación Miguel Delibes, Fernando Zamácola, a quien acompañaron los abulenses José María Muñoz Quirós, José Pulido y Eduardo Garcinuño.

Como primera evidencia de la importancia que para Delibes tuvo Ávila destacó Zamácola el hecho de que «situó en esta ciudad la novela que hizo que se decidiese por dedicarse a la literatura; La sombra del ciprés es alargada fue fundamental para que emprendiera esa carrera literaria, siempre dijo que si no hubiese estado entre los finalistas del Premio Nadal que ganó probablemente no se hubiese dedicado a la literatura».

Pero además de en su obra, añadió, «Ávila pesó muchísimo en la vida de Miguel Delibes; La sombra del ciprés... y Ávila son un icono de lo que será ese tema frecuente en la vida y en la obra de Delibes que es Castilla, la sobriedad, la austeridad, la dureza, la resignación, pero también la hermosura de esa sobriedad, el estoicismo, y por eso esa primera novela es buena puerta de entrada a lo que luego nos va a ir descubriendo en el conjunto de su obra: la defensa de las ciudades pequeñas y del mundo rural».

La de Delibes, comentó Zamácola, «es una literatura sobria que es castellana cien por cien, y cuando la leemos es frecuente pensar que escribía así como de un tirón debido a que su prosa tiene mucha oralidad, da la sensación de que traslada lo oral a lo escrito con facilidad, pero cuando vamos a los manuscritos vemos que hace mucho trabajo de relojero, de revisión de lo escrito, para trasladarnos esa prosa que da la sensación de sencillez pero que en realidad lleva detrás un trabajo tremendo».

Destacó Zamácola su «interés por dar a conocer esta novela especialmente a la gente joven» y su empeño en que «no sientan que por ser una historia austera, en algunos momentos un poco luctuosa, está lejana de ellos; hay una La sombra... que se puede acercar a los jóvenes, a través sobre todo de cómo aborda el tema de la infancia, un asunto que para Delibes es objeto de cariño y al mismo tiempo es también herramienta para decir cosas muy duras, y siempre de fondo veladamente denunciar la desigualdad de oportunidades».

Porque Miguel Delibes, añadió, «fue un hombre muy reivindicativo, labor  que hizo con una moderación tremenda; en su faceta periodística fue muy duro contra el régimen franquista denunciando miserias,  abusos y problemas muy graves que tenía Castilla, algo por entonces nada fácil, y cuando le cerraban esa puerta del periodismo, sometido a una férrea censura, abría la puerta de la narrativa y se escapaba por ahí, porque tenía menos tenía menos censura que e la prensa. Delibes siempre fue una persona comprometida que  pensaba en que desde su libertad individual tenía la obligación moral de prestar voz a quienes no la tenían».