Un libro sobre Cillero para 'iluminar' el siglo XVII

I.Camarero Jiménez
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La Diputación, de la mano de la IGDA y con la firma de Jesús Gascón y Raimundo Moreno publican el número 15 de las 'Monografías de arte y arquitectura abulense' dedicado a Francisco Cillero, el 'primer maestro mayor de obras de Ávila y su Obispado'

Un libro sobre Cillero para 'iluminar' el siglo XVII

La arquitectura del siglo XVII en Ávila y la figura de uno de los grandes de la época en nuestra provincia pero también en Castilla y León y Madrid, es decir de Francisco Cillero, se acaba de hacer un tanto más visible. Es así gracias a la implicación de la Diputación de Ávila y de la Institucuión Gran Duque de Alba (IGDA) que acaba de dedicar a Cillero  la que hace el número 15 de las ‘Monografías de Arte y Arquitectura Abulenses’.

De darlo forma, documentarse e investigar se han encargado el arquitecto Jesús Gascón Bernal y Raimundo Moreno Blanco, doctor en historia, profesor de la USALy de la UNED y coordinador dentro de la IGDAde la sección de Arte.

Además no es la primera vez que aportan luz sobre el maestro Cillero pues ya en sus respectivas tesis doctorales ambos abordaron a su persona y su obra, no en vano también coincidieron en la dirección de la tesis, que corrió a cargo del profesor Gutiérrez Robledo, a quien dedican esta obra, por cierto.

El título de la publicación es ‘El arquitecto Francisco Cillero. Primer maestro mayor de obras de Ávila y su obispado’. Clarificador en el sentido de que fue en ese siglo XVII en el que se empezó a reconocer con el ‘título’ de arquitectos a aquellos que antes eran los conocidos como maestros canteros o maestros de obras. Cillero fue el primer arquitecto oficial de Ávila y además trabajó con alguno de los mejores de la época, como Juan Gómez de Mora y Pedro Mata.

Se trata de una investigación importante, tal y como destacaba el diputado de Cultura, Eduardo Duque, pues «está dedicado al patrimonio de un periodo histórico de los menos conocido». También es cierto que, según añadía Gascón,  fue un siglo de cierta «decadencia en la arquitectura». El propio Gascón hablaba de Cillero como «nuestro arquitecto», el suyo y el de Moreno pues mucho ahondaron en su figura y obra para alumbrar este estudio.

Destacado por algunas obras en Ávila sus encargos le llegaban especialmente del obispado, promotor de las principales obras en nuestras tierras, aunque también trabajó en Madrid, por supuesto donde comenzó con su padre, en Zamora, Valladolid, Segovia... manifestaba Duque.

En Ávila apuntaba Gascón trabajó el maestro Cillero en Arévalo, Ávila y Madrigal donde vivió pero también en Medina del Campo y de Rioseco. Fue un arquitecto pero que tenía casi una «pequeña empresa constructora, diseñaba y construía» era gran conocedor de la obra del Renacimiento y especialista por ejemnplo en realizar bóvedas tabicadas..

Precisamente el trabajo en diferentes provincias y con los mejores de su tiempo es lo que destacaba Moreno Blanco de Francisco Cillero y entre sus obras, pues fue él quien ‘la trazó’ fue la capilla de la Transverberación de Santa Teresa, tercer gran elemento arquitectónico ligado a Santa Teresa con el convento de San José y el propio de la Santa. Recordaba los encargos a Cillero especialmente de los Jerónimos, los Carmelitas, los Benedictinos, tales como la sacrístía encargada en Madrigal al arquitecto por los Agustinos.

Otras obras destacadas, la remodelación interior del convento de San Jerónimo;  bóvedas de la iglesia del Carmen de Ávila; trabajó en el claustro del convento de Extramuros en Madrigal; obras en el convento de San Francisco en Arévalo y un larguísimo etcétera.