El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León dio luz verde a la puesta en marcha de un equipo móvil para hacer resonancias a los pacientes que lo precisen y que se mantendrá mientras duran las obras para renovar este equipamiento fijo en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Aunque no se sabe cuándo se instalará, sí que se conoce que estará unos cuatro o cinco meses, el tiempo que duren las obras.
Esto significa que el Complejo Asistencial de Ávila contará en los próximos meses con un nuevo equipo de resonancia más avanzado tecnológicamente que sustituirá al actualmente en funcionamiento en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles, lo que redundará en una mayor precisión diagnóstica, más eficiencia operativa, incremento en la velocidad de los estudios diagnósticos e incremento en la calidad de imagen de las pruebas.
Según dijo el portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, se trata de una demanda que existía en la sociedad abulense.
A esta mejora asistencial la Consejería de Sanidad destina casi 1,4 millones de euros, financiados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional 'REACT-UE', cantidad en la que se incluye, además del suministro del nuevo equipamiento, las obras de instalación y su puesta en marcha y la retirada de la actual maquinaria. Se instalará un equipo de resonancia magnética de 1,5 Teslas.
Con el fin de atender las necesidades habituales diagnósticas mediante resonancia magnética mientras dura ese proceso de renovación tecnológica, la Gerencia Regional de Salud planifica la contratación de un equipo móvil resonancia magnética, que se ubicará en el exterior del propio hospital Nuestra Señora de Sonsoles con el fin de realizar estos procedimientos diagnósticos por imagen para los pacientes atendidos en el Complejo Asistencial abulense que así lo precisen.
La contratación de este servicio tiene un presupuesto, para un período de entre cuatro y cinco meses desde su adjudicación, de 462.825 euros.
Este equipo móvil facilitará que se puedan hacer los trabajos de renovación del equipo que, según se explicó cuando se dio a conocer el contrato, fue instalado en el año 2009, por lo que presenta una antigüedad de más de doce años.
Este plazo es importante dado que los tiempos de parada se han incrementado en los últimos años, debido al elevado tiempo de uso y a la también elevada vida útil, lo que afecta también a la actividad asistencial. Además existe también la incertidumbre respecto a la existencia de piezas de repuesto debido a la antigüedad del equipo.
Hay que tener en cuenta que en estos años la tecnología en resonancia magnética ha evolucionado mucho, lo que permite ahorros muy significativos en tiempos de estudio. Además, las nuevas aplicaciones disponibles en las resonancias magnéticas hacen posible un mejor diagnóstico.
A ello se une que a los equipos nuevos de última generación se les puede dotar de nueva funcionalidad clínica para mejorar la precisión diagnóstica, aumentar la eficiencia operativa, incrementar la velocidad de los estudios y mejorar la calidad de la imagen.