«La crispación es mala, es un todo contra todo»

D. Casillas
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Noelia Adánez y Laura Cornejo cerraron el ciclo de pensamiento crítico 'Diálogos en tiempos singulares' hablando de dos temas tan candentes y relevantes como la libertad de expresión y la crispación que se vive en España

El programa 'Diálogos sobre tiempos singulares. Locos años 20', que ha organizado en Ávila la Fundación Pereda de CCOO con el objetivo de «generar pensamiento crítico», llegó este miércoles a su fin con la participación de Noelia Adánez (dramaturga y doctora en Políticas y Sociología ) y Laura Cornejo (periodista) en un encuentro en el que hablaron de un tema tan interesante y tan de actualidad como el de 'Libertad de expresión y crispación'.

Las dos protagonistas de la cita coincidieron en resaltar la importancia que tiene el diálogo en la sociedad, «un formato que parece que ha caído en uso y sin embargo es estimulante», dijo la primera, que dijo también que es «un tema candente, porque aunque no tengamos limitada la libertad de expresión sí creo que tenemos limitada la de protesta porque no se ha reformado la ley mordaza; tenemos limitada la libertad de expresión organizada, y eso quiere decir que tenemos bastante limitada nuestra capacidad de influir en la democracia como sociedad civil, y creo que el debate sobre la libertad de expresión en sí forma más bien parte de las guerras culturales a las que las derechas nos han traído».

Sobre el otro asunto que se trataba, apuntó que «no sé si estamos más crispados que en otros momentos de nuestra Historia, lo que sí me parece evidente es que estamos hablando mucho de esto, porque creo que también estas guerras culturales nos han traído a confrontar en torno a temas muy concretos que no son temas que por sí mismos generarían una gran confrontación social, pero que se plantean de una manera y se colocan en unos lugares que necesariamente te obligan a hacer una toma de partido que viene de fábrica en clave de crispación».

Laura Cornejo aseguró que, por mucho que parezca consolidada, «la libertad de expresión hay que pelearla cada día, muchísimo», especialmente porque «en la ultraderecha, que ha entrado en el Gobierno de Castilla y León, hay una dualidad con la que ellos juegan, y es que bajo esa libertad de expresión para ellos vale para todo: para llamar imbécil a un rival, para llamar banda criminal a un partido, para acusar a los periodistas o a los sindicatos de subvencionados, o para decir que las mujeres víctimas de violencia de género son señoras que se aprovechan de la ley. En virtud de esa mala utilización de la libertad de expresión se puede negar hasta lo más obvio».

En relación con la crispación, comentó que «es el momento de abordar este tema, porque en Castilla y León es un hecho ya que lo vivimos en el propio Gobierno autonómico, donde tenemos por primera vez en España la entrada de la extrema derecha en un gobierno, y yo como periodista vivo a diario la crispación que eso provoca». Y «esa crispación y ese mensaje agresivo y corto toma todo lo demás, es malo, no deja que haya un criterio, es un todo contra todo; y me preocupa especialmente que esto se viva en un gobierno y que además haya cierta intencionalidad de coartar la libertad de expresión, o al menos la libertad de prensa. La crispación a ellos les conviene porque así siempre ganan, no es casual».