José Guillermo Buenadicha Sánchez

De la rabia y de la idea

José Guillermo Buenadicha Sánchez


Serventesios sabineros

20/01/2023

Que el veintitrés que ha nacido prosiga; que no congele sus días el frío; que sea pan con corteza y con miga; que salte al ruedo con hambre y trapío.
Que no reparta las cartas marcadas; que las sorpresas no sean de luto; que las que vengan, nos vengan bien dadas; que no se cobre ningún mal tributo.
Que tanta crisis se vaya a la porra; que pique abajo la cuesta de enero; que trabajar vuelva a ser con la gorra; que no nos falte en la bolsa dinero.
Que la miseria vomite futuro; que no haya cuna que no vea techo; que la justicia se escriba en un muro; que lo torcido se encuentre derecho.
Que las pandemias nos suenen a ayer; que solo tapen la boca los besos; que esté prohibido negar el placer; que las vacunas inyecten regresos.
Que nadie espere por listas de espera; que la terapia de radio esté rauda; que el vil cangrejo de hastío se muera; que nunca más a las ocho se aplauda.
Que los obuses regalen claveles; que las trincheras se llenen de rosas; que entre las ruinas rezumen las mieles; que los soldados abracen esposas.
Que a los tiranos les llegue su hora; que los cadalsos rematen verdugos; que el agresor sea hoy el que llora; que a los traidores los carguen de yugos.
Que luzca el cielo su azul prodigioso; que en el crepúsculo pinte arreboles; que en el Amblés amanezca brumoso; que esté bonito el camino a Sonsoles.
Que las heladas las fundan los días; que la sequía la anegue aguacero; que las riberas refresquen umbrías; que pinte en blanco el guardián Zapatero.
Que la muralla no admita cerrojos; que en cada cubo haya un mar de cristal; que su granito nos mire a los ojos; que sus almenas se tornen rosal.
Que las campanas repiquen festivas; que los vencejos marañen los cielos; que las cigüeñas crotoren altivas; que los palacios revivan anhelos.
Que lo abulense no sepa frontera; que nuestra estirpe conquiste el planeta; que nunca olvide su fe y su bandera; que apunte al norte la errante veleta.
Que por san Blas nuestros hijos regresen; que exista hogar para aquel que se ha ido; que los adioses y lágrimas cesen; que la espadaña le brinde su nido.
Que los turistas deseen deseo; que no montemos un show medieval; que de los prados florezca un museo; que demos ya con el santo grial.
Que de la siesta el comercio despierte; que le paguemos con muchos mañanas; que no se juegue a los dados su suerte; que a cada puerta se le abran ventanas.
Que los discursos no vendan promesas; que estén las urnas ahítas de fe; que los partidos recluten sorpresas; que no nos vuelvan a hacer paripé.
Que los políticos canten rancheras; que la campaña se vista de sueño; que los debates lo sean de veras; que cada voto aconseje a su dueño.
Que aparcabicis en cada jardín; que pedaladas que avienten el humo; que la piscina se acabe por fin; que de la vida exprimamos el zumo.
Que, por haber, hasta hubiese escaleras; que la estación de autobús sea un día; que las apuestas nos salgan certeras; que venga el AVE que nunca venía.
Que sea un año de bienes y nieve; que deje gusto de leche y de pan; que salga buena su prueba del nueve; que le digamos adiós con champán.
Y que les siga yo a ustedes gustando; que no les dañen mis letras la piel; que con la idea y la rabia luchando; que no se ponga la luna de miel.