Arde la Sierra de la Paramera y pone en jaque al Amblés

E.C.B
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El incendio originado entre los términos municipales de Cepeda de la Mora y Navalacruz continúa en Nivel 2 y en claro avance, con un perímetro que ronda los 40 kilómetros y más de 10.000 hectáreas quemadas

Arde la Sierra de la Paramera y pone en jaque al Amblés - Foto: David Castro

Una auténtica tragedia para la provincia. Así puede definirse el incendio originado el sábado en las inmediaciones del cruce de la N-502 en dirección a Navalacruz, provocado por el accidente mecánico de un vehículo, que este domingo arrasó la Sierra de la Paramera, dejando a su paso viviendas, animales y varias zonas arboladas de alto valor ecológico calcinadas por el Valle Amblés. En total, al cierre de esta edición, cuando las llamas seguían avanzando con enorme virulencia debido al fuerte viento, obligando incluso a cortar la carretera N-403, eran ya más de 10.000 las hectáreas y el perímetro del fuego superaba los 40 kilómetros.

Un incendio que arrasaba todo lo que encontraba a su paso, en principio matorral y pasto, que era lo que mayoritariamente ardía en las primeras horas del sábado, pero ya el domingo también masa forestal, principalmente pinares, y  que causaba importantes daños no solo medioambientales, sino materiales, en localidades como La Hija de Dios, Robledillo, Villaviciosa, Solosancho, Mironcillo, Sotalbo y Riofrío, con casas afectadas, animales muertos y explotaciones ganaderas afectadas.

A última hora de la tarde la cabeza del incendio, con varias lenguas, se desplazaba con rapidez por toda la zona de Riofrío y Cabañas en dirección a Navalmoral, y por la otra vertiente hacia Navarredondilla, y preocupaba a los responsables de las labores de extinción que la evolución en la cara sur de la sierra debido a que el avance sin control pudiera tener afecciones a los pueblos situados en esa dirección. En toda la zona trabajan de manera incansable numerosos medios terrestres y aéreos, que sobrevolaban la ciudad de Ávila para repostar en el embalse de Las Cogotas.

Avanzaba imparable el fuego por varios focos y si desde primeras horas estaban ya cortadas al tráfico la N-502 y la AV-933, por la tarde se hizo lo mismo en la AV-900, carretera de Burgohondo, en una tarde muy complicada dadas las previsiones meteorológicas que anunciaban no sólo una subida de las temperaturas sino fuertes rachas de viento.

La Junta de Castilla y León activaba a las cinco de la mañana de ayer el Nivel 2 de peligrosidad en este incendio por el riesgo que entrañaba para los bienes distintos a los de naturaleza forestal y la evacuación, en ese momento, de los vecinos de los anejos de Solosancho, Villaviciosa y Robledillo.

Numerosos medios de extinción tanto terrestres como aéreos acudían a la zona para intentar parar el avance de las llamas por la sierra y por los núcleos de población, con hasta un total de 500 efectivos, entre ellos once medios aéreos, según precisó el delegado territorial de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández Herrero, quien habló de la exigencia de «un esfuerzo excepcional con un amplio operativo coordinado por la Junta de Castilla yLeón, pero en el que participan efectivos de todas las administraciones públicas».

Comentaba también el delegado territorial «las circunstancias climatológicas, que obligaron a la Junta a decretar la alarma, en Ávila han propiciado que, pese a un notable operativo, con un número muy elevado de medios terrestres y aéreos, no hayan impedido la propagación de este incendio forestal que está abarcando una superficie francamente alta». «Nuestro desvelo es salvaguardar la vida de las personas y los bienes no forestales y se está haciendo una defensa de todos los cascos urbanos, lo que no impide que haya algunas edificaciones en el extrarradio de los municipios que haya ardido, ganado extraviado o calcinado y una pérdida muy importante desde el punto de vista forestal», precisó.

En la misma línea, el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, que acudió al Puesto de Mando Avanzada situado junto a la piscina municipal de Solosancho, donde en esas primeras horas cargaban de agua sus depósitos los helicópteros intervinientes, expresó su preocupación por el avance del fuego que «empezó en una zona de matorral y pasto, pero que también entró en zonas de pinar y otras arboladas».  

Agradeció además Arranz a los medios de Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura su apoyo, así como a los aportados por el Ministerio de Transición Ecológica y a la Unidad Militarizada de Emergencias, también con numerosos efectivos desplegados por toda la zona.

Entre las incidencias, más allá de las llamas, destacar que un bombero forestal de 36 años resultó herido al ser atropellado por un camión en la localidad de Sotalbo cuando trabajaba en el dispositivo.

 

Amplio operativo. En este importante operativo de extinción había presencia de 26 medios aéreos (helicópteros de Cebreros, El Maíllo, Villaralbo, El Barco de Ávila, Coca, Puerto El Pico, Plasencia, La Iglesuela, Tabuyo, Extremadura, Madrid y Castilla-La Mancha, aviones de Torrejón, Virgen del Camino y dos de Matacán, así como el helicóptero de coordinación Hotel), once técnicos, 15 agentes medioambientales, dos centros de mandos autonómicos y un punto de mando avanzado, 10 unidades helitransportadas, 6 BRIF, tres bulldozer, 14 autobombas y 13 cuadrillas de tierra.

También la UME incorporó durante la noche del domingo al incendio de Navalacruz y también al de El Raso el puesto de mando de cada uno de ellos, en el que se incluía equipo de policía militar, ambulancia, equipo de mantenimiento y otro de abastecimiento.  Además, al incendio de Navalacruz se incorporó una Dozer D7 del BIEM V. Ambas intervenciones sumaban de madrugada un total de 148 militares y 70 medios, coordinados desde el puesto de mando del BIEM V en León, y a ese despliegue se añadía  posteriormente durante la madrugada otra sección de intervención del BIEM V en el incendio de Navalacruz, sumando un total de 102 militares y 32 medios, lo que hacía un total de 191 militares y 75 medios entre los dos IIFF (Navalacruz y Candeleda). En total cuatro unidades de intervención.

A su vez, la Junta de Castilla y León y la Delegación del Gobierno solicitaron a la DGPCyE (Delegación General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior) la activación del Sistema Copernicus para este incendio, un sistema satelital europeo que ofrece varios productos; vigilancia atmosférica, marina y terrestre, así como información en emergencias (inundaciones, terremotos, incendios forestales.....), lo que permite ver imágenes de satélite sobre la magnitud y afección del fuego y, por tanto, ayudar a planificar la lucha contra el incendio a la vista de las imágenes en tiempo real de su extensión.

Por parte del Ayuntamiento de Ávila, tres dotaciones del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios estuvieron trabajando en el incendio de la Sierra de la Paramera, mientras que agentes de Policía Local colaboraban en el corte de carreteras y en el desalojo de los vecinos de las localidades afectadas, y desde la Diputación Provincial se puso a disposición del operativo de extinción todos los medios materiales y humanos disponibles para ayudar a los ayuntamientos, vecinos y operarios en la que es «una de las mayores catástrofes medioambientales que hemos vivido en las últimas décadas», según palabras de su presidente, Carlos García.

Así, había sobre el terreno del incendio, además de las catorce autobombas, buena parte de los medios que emplean las agrupaciones de bomberos voluntarios y de Protección Civil de la provincia proceden de las aportaciones que, anualmente, realiza la institución, concretamente las de El Tiemblo, Navaluenga, Sotillo de la Adrada, Burgohondo y Arenas de San Pedro, además de 16 agrupaciones de Protección Civil de otros tantos municipios y la Agrupación de Apoyo y Rescate Provincial (ARPA).

Por otro lado, operarios del departamento de Construcciones Civiles colaboraron con la intendencia y organización de los centros de la capital abulense donde se iba a acoger a los desalojados, tanto en la adecuación de espacios como en la aportación de materiales como toallas, mascarillas y gel hidroalcohólico.

El presidente de la Diputación quiso mostrar un «agradecimiento absoluto a todos los que están entregando su esfuerzo, algunos incluso comprometiendo sus vidas, para acabar con el fuego. A quienes están en primera línea de combate, nuestra total admiración, y a quienes se suman a la tarea en labores de apoyo, como ayuntamientos, tejido asociativo, fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, policías locales, etc., nuestra gratitud infinita en estas horas tristes para la provincia». Carlos García lamentó, no obstante, «la concurrencia, estos días, de todas las circunstancias meteorológicas más adversas que, unidas a la fatalidad, han hecho de este incendio una colosal tragedia que Ávila y los abulenses no merecen».