Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


'Supervini'

15/09/2021

Vinicius es, al mismo tiempo, Mbappé y una escopeta de feria; es el nuevo ídolo y el próximo hazmerreír en cuanto falle dos seguidas a puerta vacía; es pasado negro, presente brillante y futuro rosa; es un zoquete y un jugón, un fallón y un virguero, un cero y un diez cada vez que engatilla; es todo cuando antes era nada, o si no era «nada» exactamente, sí la mitad de ese «todo» que hoy le adjudican; es el próximo Balón de Oro y un juguete roto por la presión de ser un niño de 16 años que costó más de cincuenta millones de euros; es el peor y el mejor socio de Benzema, el niño que se asocia para ganar y el niño egoísta que ni mira al compañero; es un zote y todo lo contrario, el villano y el héroe… Es 'Supervinicius', el chaval de moda capaz de saltar a la grada del Bernabéu en tiempos de pandemia y que hoy nadie hable de una ruptura flagrante del protocolo, sino del temporadón que está firmando: ha batido su propio récord goleador (cuatro dianas) en apenas cuatro jornadas disputadas. Y quiere más… y puede más.

Como todo muchacho observado con lupa, a 'Vini' se le abrieron dos caminos y ambos empezaban con la misma situación: llegada a la elite y un duro golpe en la recepción. En otros casos son lesiones, falta de minutos, caídas al filial y después al olvido, etcétera. En el suyo, una (casi) cómica ausencia de gol: «EA Sports pide perdón por el hecho de que se permita marcar goles con Vinicius en el FIFA 19» fue una de las muchas bromas que circulaban por las redes. El primer camino era rendirse, «esto es mucho para mí» y «hasta aquí hemos llegado»; o aguantar, agarrarte a un quintal de autoestima y enderezar la situación a base de insistir y después insistir e insistir un poco más. El superpoder de Vinicius (jugar a fútbol se le presupone) es que es un pesado, una cualidad poco común en la gente de su edad y un don cuando todo te invita a caer.