Editorial

El cultivo de una experiencia que aún tiene mucho que aportar a la sociedad

-

El Programa Interuniversitario de la Experiencia se ha convertido en una herramienta de gran utilidad, con grandes beneficios, para las personas mayores de 55 años que buscan acceder a la cultura y de interacción social. A estas personas se les ofrece una experiencia universitaria (tanto para aquellos que ya tuvieron oportunidad de vivirla como para los que en su momento no lo hicieron por unas u otras circunstancias) y ahora se les permite acceder a aquellos conocimientos que les interesa, pero sin tener la presión que exige el estudiar una titulación universitaria.

En el caso de Ávila, la Universidad de Salamanca ofrece esa posibilidad a los alumnos de la capital, mientras que en Arévalo es la Universidad Católica de Ávila la que se encarga de facilitar esa iniciativa. A su vez, en El Barco de Ávila y en Piedralaves también se ofrece la posibilidad de poder acceder al programa online interactivo, con unos resultados muy atractivos.

Estamos ante una sociedad en la que la calidad de vida de las personas mayores ha mejorado exponencialmente, con una esperanza de vida que se ha ido dilatando y con unas circunstancias que llevan a disfrutar en muchos casos de más momentos de ocio y tiempo libre (horarios más acotados, jubilaciones anticipadas, menos cargas familiares…), lo que obliga a ofrecer a esas personas, las cuales aún tienen mucho que aportar, más posibilidades educativas, culturales, sociales… y dentro de esa oferta la Universidad de la Experiencia es una excelencia prueba de que la fórmula es garantía de éxito. Y eso se demuestra, principalmente, porque muchas de las personas que culminan ese periodo 'obligatorio' de tres cursos, continúan después de una u otra manera vinculados a la iniciativa, participando en las actividades que se programan de forma paralela y asistiendo a aquellas clases de las materias que más les interesan.

Un programa que se cuida con esmero por parte de las universidades y que abre campos del conocimiento que para muchas de estas personas habían sido inaccesibles, o quieren seguir profundizando en ellos. Esa faceta cultural y del conocimiento es muy importante mantenerla viva, pero aún lo es más la social. En una civilización donde la soledad empieza a ser un problema latente, especialmente para las personas mayores, esta opción es un extraordinario camino para entablar amistades, para compartir experiencias, para sentirse parte de un grupo y encontrar motivos para seguir disfrutando de la vida, que al final es el principal objetivo que se busca con iniciativas de este tipo. 

Después de una larga vida de trabajo, el poder seguir creciendo intelectualmente y socialmente es una necesidad que esta sociedad está obligada a ofrecer, para mantener despiertas unas mentes que cuentan con una experiencia y una sabiduría que de ninguna manera puede ser desaprovechada.