La demanda de butano crece un 2%, con 350.000 botellas

M.M.G.
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En Ávila, y según Repsol, que lidera el mercado, el 70 por ciento de los clientes utilizan esta energía para usos domésticos, mientras que el resto va para pequeña industria y hostelería

La demanda de butano crece un 2%, con 350.000 botellas

Hubo una época en nuestro país en la que la bombona de butano fue la reina de los hogares. Prácticamente no había familia que no utilizara esta energía para cocinar, calentarse o tener agua caliente. De hecho, la imagen de los camiones  de reparto circulando por las calles y parando prácticamente en cada puerta para dejar una bombona naranja y recoger la vacía forma parte de los recuerdos de varias generaciones de españoles. Sin embargo, la proliferación de otras energías como el gas natural o el gasoil poco a poco fue ganando adeptos y restándoselos a los de este gas licuado del petróleo (GLP). A pesar de esto, la bombona de butano no solo no ha desaparecido sino que en los últimos años cada vez cuenta con más clientes. No en vano, se trata de una energía con un alto poder calorífico que además resulta más económica que otras, fundamentalmente porque su uso no está vinculado a contratos que incluyen otros gastos al margen del propio suministro como son los vinculados al mantenimiento o consumos mínimos. 

Aparte de ese alto poder calorífico y de resultar más económica que otras, desde Repsol destacan que se trata de una energía cómoda ya que es entregada con servicio domiciliario y sin costes de envío a cualquier lugar de España por las 200 agencias distribuidoras y los más de casi 2.000 repartidores con los que cuenta la red de reparto de esta compañía. Es más, una de las principales ventajas de la bombona de butano es que se trata de una energía portable y llega donde no llegan otras energías. Y es más, aparte de las ventajas de ese servicio de reparto a domicilio, los clientes de butano también tienen la posibilidad de adquirir esta energía en la red de estaciones de Repsol, unas 3.400 aproximadamente en nuestro país, donde también se venden bombonas de butano en un formato más ligero. 

Repsol, que lidera el mercado del butano en España, cuenta con doce factorías de butano distribuidas por todo el país que permiten distribuir las bombonas de manera eficiente por cualquier rincón del territorio nacional. 

En el caso de la provincia de Ávila, Repsol vendió el pasado año unas 350.000 botellas de butano, lo que supone un dos por ciento más que el año anterior.  Por tipo de cliente, el 70 por ciento de las ventas se corresponden con usuarios domésticos que utilizan el butano para cocinar, calentar agua o para calefacción, mientras que el 30 por ciento restante va para clientes que usan el propano para hostelería y otros sectores. 

«ENERGÍA CON FUTURO». Antonio Silván es el responsable de la agencia de Repsol que suministra gas butano a buena parte del Valle del Tiétar, a la vez que a otros municipios de esta provincia como El Barraco o las Navas del Marqués y a varios pueblos de Madrid. En total, Sotillo Silván Gas S. L, su empresa, cuenta con 300.000 clientes, tanto habituales como los que recurren a esta energía para dar servicio a sus segundas residencias.

«Es una energía que tiene futuro y va a más», asegura Silván, al hablar de un negocio que conoce bien y en el que él es la cuarta generación. De hecho, asegura, su agencia cerró el pasado año registrando un incremento de las ventas del 10 por ciento. 

«Es un producto económico y versátil, que además llega donde no llegan otras energías y en el que pagas lo que consumes», apunta Silván a la hora de explicar a qué se debe ese aumento de la demanda de este tipo de energía que además es muy eficiente y tiene un alto poder calorífico. De hecho, cada vez son más, apunta, las viviendas donde se usa el GLP como calefacción, una opción por la que no solo se decantan personas mayores, que sí han convivido más con esta energía, sino también jóvenes, que cada vez consumen más este producto. 

La pequeña industria y la hostelería son, explica Silván, los otros grandes clientes de la bombona de butano. «Para la mayoría de los cocineros es fundamental usar cocina de gas porque es la única que permite controlar la intensidad del fuego», reconoce el responsable de esta agencia de Repsol de Sotillo que apunta que la proliferación de las setas en las terrazas de los negocios hosteleros también ha propiciado una mayor demanda de esta energía.