Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Sociedad de ayuda mutua

08/03/2022

La guerra de Rusia contra Ucrania ha abierto un nuevo boquete en la relación entre las dos partes del Gobierno, la representada por los socialistas, que actúan de forma coordinada con la Unión Europea en el envío de armas al gobierno de Volodomir Zelensky, y la de Unidas Podemos, a su vez fraccionada entre las posiciones de las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, y la que encabezan la vicepresidenta Yolanda Diaz, acompañada del líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y el ministro de Universidades, Joan Subirats, por la cuota de En Comú Podem. 

Las discrepancias son tantas entre el "partido de la guerra" -como calificó Ione Belarra al PSOE, y el partido que enarbola el 'no a la guerra', partidario de una intensificación de las labores diplomáticas "de precisión" (sic) para poner fin al enfrentamiento bélico, que ante un asunto tan trágico y con tantas repercusiones, lo normal sería que Pedro Sánchez realizara una crisis de gobierno para sustituir a quienes no siguen sus directrices políticas. Pero el Gobierno de coalición es una sociedad de ayuda mutua en la que las dos partes se necesitan y no se va a producir una ruptura que daría por finiquitada la legislatura, porque el máximo interés de Pedo Sánchez es que llegue a su fin y eso no es posible sin el apoyo de Unidas Podemos y el resto de partidos que le prestan apoyo parlamentario. 

A nadie en su sano juicio le puede parecer el momento adecuado para que Pedro Sánchez disuelva las Cortes y convoque elecciones generales anticipadas, algo que se comprometió a no hacer momentos antes de que se desatara el ataque de Putin sobre Ucrania. El enfrentamiento entre las dos patas del Gobierno a costa de la guerra no es un asunto menor, como otras diferencias que se han producido con anterioridad, pero en este caso las fuerzas están muy desequilibradas a favor de la posición del sector mayoritario del Gobierno, situado "en el lado correcto de la historia", según dijo Sánchez. Unidas Podemos no solo está fuera de las decisiones que atañen a las políticas de Estado, sino que además queda patente la insoportable levedad de los argumentos utilizados por las ministras de Podemos contra la guerra. La posición del Gobierno está en sintonía con las medidas y decisiones adoptadas por toda la UE, lo que le otorga el plus de legitimidad, mientras que Putin rechaza cualquier acuerdo diplomático, porque busca el aniquilamiento ý la sumisión del país invadido. Incluso sus propuestas humanitarias son tramposas, además de incumplirlas. Y eso lo saben Belarra y Montero. 

La oposición no ha dejado pasar la oportunidad para poner de relieve que Sánchez no puede cambiar los ministros de Podemos y tiene las manos atadas algo que, a estas alturas, después de dos años de divergencias continuas, es una polémica ya amortizada por reiterada. Pero a continuación PP y Cs deben explicar si su estrategia es que se ponga fin a la legislatura, o si están dispuestos a remplazar a Unidas Podemos y a todos los partidos del Frankenstein para sustentar al Gobierno. Feijóo llegará a Madrid no para eso, pese a su voluntad pactista, sino para tratar de sustituir a Pedro Sánchez en su momento. Entre tanto, PSOE y Unidas Podemos mantendrán la coalición establecida hace dos años mientras esperan que la sucesión de tragedias se encauza y les permita recuperarse.