Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


La 'plaga' del fuego

25/07/2022

Como si se tratara del castigo de las siete plagas de Egipto recogido en el Éxodo de la Biblia, a modo metafórico, tras la pandemia, muchos lugares de España, principalmente de gran valor medioambiental, en comunidades como Castilla y León, Cataluña, Galicia, Aragón, Andalucía y Extremadura, está siendo asolados por la voracidad de los incendios forestales que se han encontrado con la conjunción de altas temperaturas por encima de los 30 grados, vientos de más de 30 kilómetros por hora y una humedad del aire por debajo del 30 por ciento, el cóctel meteorológico perfecto. El resultado no puede ser más desolador con dos personas fallecidas en la provincia de Zamora más de 8.000 personas evacuadas de sus domicilios y por encima de las 200.000 hectáreas quemadas en lo que va de año, la peor cifra en los tres últimos lustros.

Si cabe, el drama se ha intensificado en Castilla y León, donde se tendrá que reflexionar acerca de si ha existido falta de previsión en el primer incendio, el 16 de junio, en la sierra de La Culebra, aún sin haberse declarado riesgo muy alto, con unos efectivos contratados temporalmente, lo que provoca también una falta de profesionalización entre quienes tienen que combatir el fuego porque muchos son estudiantes o parados de larga duración, ya mayores, para quienes no es aconsejable enviarles a primera línea, porque los más profesionales han optado por cambiar de empleo y dedicarse a trabajos con empleo fijo. 

Desde el punto de vista meteorológico hoy en día es sencillo conocer las previsiones, que ya nos van indicando una posible racha de inundaciones para el otoño, todo debido al cambio climático, al que las administraciones deberán adaptarse para llevar a cabo la prevención o la extinción, en este caso, aumentando las inversiones en ambos conceptos y adelantándose a lo que puede ocurrir. 

Lo primero que se debe hacer ahora es acabar con el problema, aún sin resolver en muchos puntos, cuando la ola de calor continúa, y reflexionar después para tomar medidas necesarias, algunas básicas, como procurar el mantenimiento de los montes para que haya el menor material combustible que permita la propagación rápida de los fuegos, adecuar los medios personales y técnicos a las necesidades, incluso los planes de actuación si se han quedado obsoletos.