El río se desborda en Burgohondo y anega dos sótanos

Marta Martín Gil
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La fuerza con la que bajaba el agua la Garganta de Navarredondilla y la gran cantidad de troncos y maleza que arrastraba se unieron para taponar los ojos del puente

El río se desborda en Burgohondo y anega dos sótanos

Las intensas lluvias caídas durante la madrugada del jueves al viernes y la gran cantidad de troncos y maleza presentes en el agua se unieron ayer para provocar el desbordamiento de la Garganta de Navarredondilla, a su paso por la localidad de Burgohondo.

Un suceso que afortunadamente no causó daños personales pero sí materiales, al romper el agua (que llegó a pasar por encima del petril) la valla del puente y colarse en dos sotanos cercanos a la zona.

El desbordamiento tuvo lugar a las tres de la madrugada. A esa hora, el agua salió del cauce de la garganta e inundó los sótanos mencionados y las calles adyacentes.

«Rápidamente ha llegado un camión de Bomberos de la localidad con dos operarios», confirmó sobre el terreno a Diario de Ávila el alcalde de Burgohondo, Francisco Fernández, «y desde esa hora, están limpiando».

El alcalde hacía estas declaraciones a nuestro periódico a las once de la mañana. Y efectivamente, aún a esa hora tanto los operarios municipales como un equipo de Conservación de Carreteras de la Junta de Castilla y León se afanaban por devolver a la zona la normalidad.

Y es que, además de toda la suciedad acumulada en las orillas del río, se hacía necesario limpiar el barro y los restos de maleza que el agua había depositado también en las calles cercanas.

Pese a todo, destacó Fernández, no hubo problemas a la hora de acceder a los centros educativos o de trabajo a primera hora de la mañana.

«La Confederación tiene que intentar limpiar los cauces de la garganta para que estas cosas no ocurran», aprovechó para denunciar el primer edil, que señalaba al equipo de Diario de Ávila presente en la zona el color negro del agua de la garganta, motivado por el terrible incendio que asoló la provincia el pasado 15 de agosto.

«Pero esto no es la primera vez que pasa», reflexionó también el alcalde. Si bien, afortunadamente, no es algo corriente, Fernández recordaba cómo la última vez que el arroyo de la garganta (que termina desembocando sólo unos metros más abajo en el río Alberche) se salió de su cauce fue hace 15 años. «Y hace 30 y 40 años también pasaba», recordó para Diario de Ávila. «Es que en cuanto se atasca, tiene que buscar su salida hacia la carretera», indicaba.

Junto al alcalde se encontraba también a esa hora de la mañana el delegado provincia de la Junta, Francisco José Hernández Herrero, que quiso agradecer al alcalde su trabajo y que destacó como se había actuado «de manera inmediata por el equipo de Conservación de Carreteras de la Junta», en colaboración con los operarios municipales y el alcalde.

«Es verdad que es un aspecto clave la limpieza del cauce de los ríos para evitar desbordamientos», se refirió también al trabajo previo que debe hacerse para prevenir sucesos como el acaecido esta noche.

Y, por último, reflexionó sobre como cada vez hay más «circunstancias y fenómenos naturales que nos hacen una llamada a la reflexión del cambio climático».