Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


Y... Nissan se quedó

05/07/2022

Quienes hoy lean esta columna, más aún si son foráneos o no siguen la actualidad abulense, podrán pensar en la fortuna que es tener nueva planta industrial. Lo cierto es que no siempre las cosas fueron así. El lector más habitual recordará que el 15 de noviembre de 2016 titulé en este mismo espacio ¿se está yendo Nissan? Me consta que en las primeras horas de la mañana esa opinión fue recibida con mucha incredulidad, cuando no desprecio por los dirigentes políticos locales (qué sabrá, llegó a afirmar alguno), que pensaron era una invención, cuando no una falsa alarma. 
Los días posteriores comenzaron a fraguarse los peores presagios para la fábrica de vehículos industriales. Ahí entonces sí los desconfiados políticos empezaron a ver un oscuro túnel hasta que José V. de los Mozos puso la única opción que había para Ávila. Olvidarse de coches –deslocalización– y construir recambios fue la oferta, aderezada con una incierta carga de trabajo y salarios más bajos. Reconversión profunda. Los trabajadores no alcanzaban a verlo, pero acabaron aceptando. Los políticos no les quedaba otra que aceptar la oferta o coger las llaves de la fábrica.
Lo que hoy se inaugura estaba cerrado por decisión de los directivos nipones tomada desde el país del sol naciente. No era el primer aviso –antes hubo otros muchos más–, pero este iba muy en serio, como luego se demostró con Barcelona. La historia desde aquel día hasta hoy se concretó en un nuevo proyecto y mucha ayuda pública para transformar la antigua fábrica de furgonetas Motor Ibérica en una planta de estampación. La fábrica de Ávila pasa así a ser el centro de recambios para modelos de la alianza Renault y Nissan. Si será mejor fabricar plásticos que vehículos solo el tiempo despejará una incógnita cuya única base hoy es la esperanza y el dinero público.
Día de trajes, abrazos, discursos y cortes de cinta. Políticos y directivos de la empresa presentan a la sociedad una nueva andadura que no elimina los riesgos que lleva aparejado todo el sector de la automoción. Todos los dirigentes que hoy asistan pueden tener la tentación de autoproclamarse salvadores de algo que Ávila ya tenía con un muy alto nivel de empleo y especialización. Para la empresa la nueva fábrica. Para los políticos rédito electoral. Para los abulenses no sumar un fracaso más. Los recambios que salgan de la fábrica abulense hacia el exterior serán una exclusiva en un mercado cambiante y complejo.
 Hay que por tanto congratularse porque Ávila mantiene su fábrica, pero sigue siendo una cenicienta industrial pues a pocos metros de esa gran nave que da la bienvenida a los turistas a su llegada a Ávila (su imagen exterior se confunde con el apeadero cubierto de líneas AVE, que Ávila no tiene) se puede comprobar la debilidad estructural y vulnerabilidad de un tejido industrial que el manido Plan de Fomento (plan de terrenos) difícilmente va a revertir.  De hecho, es la localidad abulense de Arévalo la más pujante en este campo.
Cuando las grandes prensas instaladas comiencen a expulsar en serie piezas de inyección de plástico atrás quedará la nostalgia de 60 años con cerca de 500.000 vehículos fabricados y una mirada expectante a un futuro que no va a pasar para Ávila, al menos, por la gran apuesta eléctrica de todo un sector, pero firma su integración en la estrategia de automoción regional. Nissan se queda y ese es hoy el fin de una historia que continuará… Dar las gracias, también hoy es obligado.