Mascarávila se abre a más mascaradas y a las vaquillas

M.E
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La sexta edición, que se celebrará el 25 de abril en Navalacruz, invita a una quincena de localidades que están recuperando estas celebraciones a sumarse a los siete pueblos que integran el proyecto

Mascarávila se abre a más mascaradas y a las vaquillas - Foto: Diario de Ávila

Mascarávila 2020 calienta motores para la puesta de largo de la que será su sexta edición, que llegará al municipio de Navalacruz el próximo 25 de abril y lo hará con novedades. La organización, en manos de la Asociación Sociocultural Siempreviva de Pedro Bernardo, en colaboración con los delegados locales de los siete municipios implicados, ha abierto las puertas de esta gran familia a otras mascaradas que o bien se están recuperando o tienen posibilidad de recuperación, así como a una docena de vaquillas que se celebran fundamentalmente en la cara norte de Gredos asociadas generalmente a los santos de invierno (San Blas, San Antón o San Sebastián) o al propio Carnaval, y cuya celebración o se encuentra vigente o está en ello, después de años de olvido. De esta manera, una quincena de localidades están invitadas a sumarse a esta sexta edición de Mascarávila.

Desde la asociación Siempreviva se espera que muchas de estas vaquillas y mascaradas ya desfilen por primera vez en esta próxima edición, la cual no contará esta vez con grupos de fuera como invitados, como en ediciones anteriores, al no permitir la infraestructura de Navalacruz la presencia de grupos grandes. La idea es que estas tradiciones pasen a formar parte de la futura Asociación Mascarávila, que se encuentra en proceso de constitución con el objetivo de estudiar, divulgar y fortalecer las mascaradas y vaquillas abulenses, junto con las danzas rituales (de paloteo) y otros aspectos de la tradición oral como la música o la indumentaria tradicional, apunta Pedro Granado, vicepresidente de Siempreviva y artífice de un mapa con la Ruta de las Mascaradas en la provincia que en su difusión por las redes sociales ha tenido un gran impacto.

La puerta abierta a las vaquillas empezó a fraguarse en la edición del año pasado en Piedralaves, cuando se encargó al experto en patrimonio Javier Blanco que trabajara sobre las vaquillas de la cara norte de Gredos, muchas de ellas extinguidas, para ver si se podía recuperar tradiciones que «están entroncadas con las mascaradas de invierno, aunque tienen otra tipología de personajes y ritos». Así, el técnico ofreció una conferencia para presentar las conclusiones del estudio preliminar realizado sobre las vaquillas que estaban ‘vivas’ y las que se podían rescatar, y con ese ánimo se está «incitando» a los vecinos a recuperar sus vaquillas y, a partir de ahí, a sumarlas al proyecto de Mascarávila, igual no como miembros permanentes a efectos de organización, sino para que encuentren en esta familia un apoyo y puedan dejar una muestra de sus tradiciones en cada edición. «Son fiestas menos complejas que las mascaradas, porque suelen implicar a menos gente, y la idea es abrirle la puerta a todos los que quieran sumarse cada año», subrayó Pedro Granado.

el panorama actual. Las mascaradas y danzas rituales que forman parte del proyecto Mascarávila son lasToras de El Fresno, los Cucurrumachos de Navalosa, los Harramachos de Navalacruz, los Machurreros de Pedro Bernardo y los Zarramaches de Casavieja, como mascaradas, y las danzas de paloteo de Hoyocasero y Piedralaves.

Las mascaradas que aún no se han incorporado al proyecto, pero con cuyos municipios se está trabajando a la espera de que se deseen sumarse al mismo, son los Morrangos de El Hornillo, una tradición recuperada por la Asociación Actaf que se celebra en Carnaval y cuyos miembros visten sacos y ropas viejas y cencerros; los Machurrones de Guisando, tradición extinguida que se celebraba en Carnaval basada en máscaras zoomorfas; los Gamusinos de Casas del Puerto, fiesta que se celebra el 5 de enero, víspera de Reyes, y en la que los participantes, vestidos con mantas y capas de paño, salen de noche a morder las orejas de los niños (el niño al que no muerden los gamusinos no recibe regalo), y las Sabanillas de Pascual Muñoz, una tradición por San Antón que se cree tiene una posible recuperación y en la que se lucían sábanas blancas y máscaras de calabaza. 

Según la información recopilada por Javier Blanco (Navaluenga) y Senén Fernández (Navalacruz), también hay al menos una docena de vaquillas ‘vivas’ o susceptibles de renacer, cada una con sus particularidades, las de Navalmoral de la Sierra, Navaluenga, Gemuño, Navalacruz, Navarredonda de Gredos, Burgohondo, El Hoyo de Pinares, Hoyocasero, El Hornillo, Hoyos del Espino, Navalosa o Piedralaves.