Chispazos de torería entre la mansedumbre

Leticia Ortiz (SPC)
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Finito de Córdoba y Juan Ortega, que entraron en el cartel de Málaga por la vía de la sustitución, protagonizan los mejores momentos de la tarde ante una mansa corrida del Puerto de San Lorenzo

Chispazos de torería entre la mansedumbre

Las caídas del cartel de El Fandi, por una rotura fibrilar, y de Sebastian Castella, por dolores abdominales, marcaron la previa del último festejo mayor de la Feria de Málaga. Cerrada esta primera parte del ciclo llega ahora el turno de las promesas, novilleros con y sin picadores que serán los protagonistas en La Malagueta durante los próximos días. Poco antes del sorteo, la empresa Toros del Meditérraneo, 'damnificada' ya por las ausencias de Roca Rey y Pablo Aguado en el presente abonao, anunciaba la composición final del cartel que, para los aficionados, ganaba en interés con los cambios. Finito de Córdoba y una de las revelaciones de las dos últimas temporadas, Juan Ortega, eran los elegidos para hacer el paseíllo en el coso de la capital de la Costa del Sol.

Sin embargo, la expectativas quedaron arruinados por el manso encierro del Puerto de San Lorenzo. Seis de seis. Un pleno que, por momentos, convirtió la tarde en una especie de martirio, cuando laos abonados llevan ya seis festejos a sus espaldas. Se salvaron de la quema el quinto, manso también pero con su casta y su codicia y, algo menos, el sexto, con más clase que el resto. De presentación, eso sí, un lujo. Quizá la más igualada del serial. Al final, Málaga no bajó su nivel habitual en cuanto al toro, pese a las dudas por el cambio de los equipos presidenciales. 

Abrió la tarde un Finito de Córdoba especialmente querido en esta tierra. No hay que olvidar que siendo novillero logró hacerse con el Capote de Paseo de la Feria, un galardón destinado en principio a los matadores. Desde entonces, el público local siempre le tuvo como a uno de sus consentidos. Pareció su primero muy propicio para aquello de abreviar, tan habitual en los toreros de su corte, pero Finito quiso desmostrar que no venía solo a cumplir el expediente y alargó la faena tratando de meter mano al manso del Puerto. Le dieron, incluso, un aviso antes de montar la espada. A base de consentirle en su querencia, sacó algún muletazo de bello trazo, con ese sabor de toreo distinto que atesora. 

Chispazos de torería entre la mansedumbreChispazos de torería entre la mansedumbre

No tuvo mucha más suerte con el segundo de su lote, otro manso que buscaba una vía de huida en cuanto el matador se descuidaba. Logró, no obstante, fijarle en los medios, con la muleta firme para evitar cualquier intento de buscar la querencia. Armó así Finito una faena de continua lucha, pero engalanada con una torería y un empaque al alcance de muy pocos toreros del escalafón. Después de una efectiva y caída estocada, saliéndose de la suerte de manera muy descarada, el palco aguantó la petición de oreja, que caminaba por una fina línea entre mayoritaria e insuficiente. El público, eso sí, le obligó a dar la vuelta al ruedo.

El único 'superviviente' del cartel original, Miguel Ángel Perera, se encontró con un manso de libro, otro más, que salió en segundo lugar. Ni siquiera la maravillosa lidia de Javier Ambel ayudó al animal a olvidarse de su intención de huida. Y de Ambel a Curro Javier que dejó dos pares sensacionales, ganando la cara al animal y saliendo con torería. ¡Vaya cuadrilla! Ya en la muleta, Perera consiguió series de mérito a base de ligazón, de no quitarle nunca la muleta de la cara, en una suerte de muletazo continuo. Aquello que se llamó despectivamente el tiovivo, esas series en las que los muletazos no tienen inicio ni final. Quizá era la única manera de sujetar al toro y de conectar con un tendido que se fue metiendo en la faena del extremeño. De hecho, de haber acertado con la espada podría haber cortado la primera oreja de la tarde.

Y también pudo tocar pelo en el quinto, el mejor de la tarde, un manso encastadito, con poder y codicia que, por momentos, desbordó a su matador. Lidiado excepcionalmente por Curro Javier y con un Ambel en estado de gracia con las frías (saludó junto a Jesús Arruga(, el del Puerto de San Lorenzo fue a más en la muleta ante un Perera tan firme como vulgar. Acertó el extremeño sacando al animal a los medios, donde se olvidó de cualquier deseo de refugiarse en las tablas. Después de dos tandas ligadas por el derecho, Perera se echó la muleta a la izquierda. Y ahí el toro se destapó como una máquina de embestir por abajo. No acabó de acoplarse el matador a tan exigente embestida y decidió volver al derecho para algarabía del público que jaleó con ganas las aseadas tandas por ese pitón. Los seis pinchazos previos a la estocada caída emborronaron la aseada labor de Perera.

Como en tantas plazas este año había expectación por ver a Juan Ortega. Lo clásico vuelve a estar de moda. Rugió La Malagueta en las verónicas de recibo, especialmente buenas las que llegaron por el pitón izquierdo. Cumplió sin más el toro en el caballo, como el resto, y tras un buen segundo tercio protagonizado por Juan Jose Trujillo y 'Perico', que se desmonteraron, el sevillano intentó armar una faena, pero el astado buscó pronto el refugio de las tablas, donde Ortega solo pudo dejar detalles de torería. Fue mejor el segundo de su lote, con algo más de clase que los anteriores, pero no acabó de acoplarse el diestro, que brindó su faena a sus compañeros de cartel. Lo mejor llegó en el inicio del trasteo, cuando el sevillano se dobló con gusto. Pero a partir comenzó una batalla descompasada, en la que toro y torero no acabaron de cogerse el aire.

 

FICHA TÉCNICA

Plaza de toros de Málaga. Martes 20 de agosto. Más de media entrada en tare soleada y con calor. 

Se lidarion seis toros de Puerto de San Lorenzo muy bien presentados. Mansos y deslucidos, solo destacaron el quinto, por la casta, y el sexto, por su clase.

Finito de Córdoba (de catafalco y azabache), estocada trasera tras pinchazo (saludos tras dos avisos); estocada muy desprendida (vuelta tras petición). 

Miguel Ángel Perera (de grana y oro), pinchazo y bajonazo (saludos); estocada caída tras seis pinchazos (saludos por su cuenta tras aviso).

Juan Ortega (de verde hoja y azabache), estocada caída tras pinchazo (saludos); estocada caída (vuelta tra petición).