ElEpiscopio acogía este martes la presentación en Ávila del libro 'La Ley Perpetua de Ávila', de Salvador Rus Rufino y y Eduardo Fernández García, el estudio de «una pieza fundamental» para comprender la rebelión comunera cuyo quinto centenario se celebró a lo largo de 2021 y 2022.

Esa pieza fundamental no es otra que la Ley Perpetua de Ávila, redactada entre los muros de la Catedral del Salvador y en la que se centra el texto y que supuso el inicio de la Guerra de las Comunidades. «Fue una ley que se hace precisamente aquí», comenzaba a explicar su significado Rus Rufino, «para darle forma a ese movimiento social y político y evitar que haya lo que podemos llamar hoy en día una revolución, que es que las ciudades vaya cada una por un lado. Se aunaron fuerzas».

Ahí radica, en buena medida, la importancia de un texto legal que conoce bien el doctor en Filosofía e Historia, y catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad de León. «Y mediante ese planteamiento de hacer una ley que no es disruptiva con la tradición jurídica anterior, sino que recoge muchos de sus aspectos, se aunaron las fuerzas para poder empezar a plantear un cambio que hoy podríamos llamar constitucional, pero que no lo era realmente».

En opinión del historiador, ese cambio afectó más al concepto de monarquía: «el rey reina y gobierna, efectivamente mediante un control del común, que es el pueblo, y cómo, a través de sus instituciones políticas».

Todo ello, reflexionaba Rus Rufino, convierte este tema en uno de mucha actualidad. «Hace 500 años se plantea y hoy día también se sigue planteando: quién tiene que gobernar, cómo tiene que gobernar y quién controla al gobernante, y esto es lo que vemos en la LeyPerpetua».

Una ley, proseguía el autor de la obra editada por Ediciones Universidad de Salamanca, pensada no contra el emperador sino para «plantear una nueva monarquía, distinta a la autoritaria», y que, en opinión de Rus Rufino, debería ser leída por los políticos actuales. Sobre todo para recordarles que el poder político es limitado. «Y ese poder político no puede hacer lo que quiere y cuando quiere, sino que tiene que hacerlo con el control y el acuerdo de las personas que son gobernadas», planteaba el conocido historiador.

Por su parte, el alcalde de Ávila,Jesús Manuel Sánchez Cabrera, destacaba el hecho de que a la Ley Perpetua se la considere «la primera Constitución». Y si bien no recogió en  su momento una democracia, sí que lo hizo con su participación política. «Y es un paso muy importante, porque estamos hablando de 1520», por eso, animaba a los abulenses a «sentirse orgullosos» de que en Ávila comenzara a trabajarse porque hubiera una democracia en un futuro. «Y hoy los abulenses tenemos que defender la Constitución como norma fundamental delEstado», concluía.