Cuenta Irene Sanz (Ávila, 1974) que en una de sus primeras clases en la Facultad de Periodismo de la Universidad Pontificia de Salamanca un profesor les dijo que de todos los alumnos que estaban allí, sólo un 20 por ciento acabaría trabajando en un medio de comunicación. Pero aquello (que ahora, con su experiencia, puede corroborar) no le desanimó en absoluto. 

Trabajó para convertirse en parte de ese porcentaje de privilegiados que, movidos por una fuerte vocación, se matriculaban entonces en Periodismo con la clara intención de convertirse en eso, en periodistas para contar con honestidad lo que pasa 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Cuando pienso en Ávila tengo sensación de paz. Es mi zona de confort. Me aporta tranquilidad. Es el lugar que asocio a mis bases, las que me sostienen: la familia y la amistad.

¿ Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Poder presumir de lo bueno que tiene: de su patrimonio, de la gastronomía, de su luz. Es una ciudad sin distancias, que ofrece la posibilidad de llevar un día a día relativamente tranquilo.  

¿ Y lo que menos?

La falta de oportunidades laborales, que provoca que la inversión que realizan las familias abulenses en educación dé sus frutos fuera de aquí. Para que ese valor se quede en la ciudad sería necesaria una industria que no existe.  

Un lugar para perderse.

En la capital, la zona del Cerro de San Mateo o el paseo del Rastro y fuera de la capital cualquier lugar del Valle del Tiétar o de Gredos. 

Un recuerdo de la infancia...

Muchos. El Tiro Pichón, Fuente Buena, el jardín del Recreo, el de San Antonio, donde antes se instalaba la feria.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Más que personajes, me marcan las personas. Cuanto más cercanas y sencillas más inspiradoras me parecen. Siempre me fijo en las capacidades y virtudes de las que tengo, o he tenido, a mi alrededor. 

El mayor cambio qué necesita Ávila es...

Las comunicaciones, claramente. No es normal que tardemos casi dos horas en ir a Madrid en tren, que el que une Ávila con Valladolid esté obsoleto y que el peaje de la AP-6 y la AP-51 suba cada año.  Además, creo que no se puede defender el medio ambiente y la sostenibilidad sin mejorar el trasporte público. 

Y Ávila tiene que mantener...

El cuidado del Patrimonio. El turismo ha mejorado mucho y le da vidilla a la ciudad y eso es gracias a que se ha valorado y ensalzado lo que tenemos. No creo que en muchas provincias se dé una variedad tan rica como la que disfrutamos aquí: de la Moraña al Tiétar hay tanto por descubrir y tan diverso, que merece la pena que lo destaquemos para que siga creciendo todo lo positivo que arrastran esas virtudes.

¿Qué le parece la ciudad hoy en día? 

Creo que es más atractiva que hace años, pero hay que reconocer que queda tarea por hacer. Mientras no haya más industria, la despoblación seguirá creciendo, no solo en Ávila capital, también en toda la provincia. 

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Me gustaría ser optimista y creer que va a mejorar en todos los sentidos. 

¿ Qué puede aportar usted a la ciudad?

Promociono los valores de Ávila allá donde voy.  Me gusta dar a conocer, con orgullo, de dónde vengo e invitar a descubrir toda la riqueza de la ciudad. Por otra parte, creo que en esta ciudad también es bueno aportar inconformismo para buscar el crecimiento que la ciudad y los abulenses merecemos.