Ávila se puede disfrutar de mil maneras. Caminando sus calles. Escalando sus montañas. Y también, por qué no, a dos ruedas en sus carreteras.

Y eso es, precisamente, lo que este sábado hicieron las 140 personas que a lomos de 103 motos participaron en la VII Ruta Motera de Martiherrero, una cita que se afianza en el calendario de esta localidad abulense y que, como este sábado decía a Diario de Ávila el alcalde de la localidad, José Luis del Nogal, supone un importante revulsivo para la economía del pueblo.

Un pueblo que recibía con los brazos abiertos a los moteros llegados desde distintos puntos de España. Madrid, Segovia, Alicante, Valladolid,Toledo y Córdoba eran  este año los puntos de origen de los participantes en la ruta, que arrancaba a eso de las nueve de la mañana con un desayuno en Martiherrero para recargar fuerzas para toda la jornada.

A dos ruedas por la provincia - Foto: Isabel GarcíaEl Mesón La Fragua era el lugar elegido para la primera comida del día (churros, bollería, café y chocolate para todos), tras la cual, las 103 motos que previamente habían estado aparcadas en el pueblo para disfrute de todos los vecinos del pueblo, tomaron la carretera para emprender la marcha.

Desde una vespa de 125 a las llamativas motos custom, todas salieron a las carreteras de la provincia que, en esta ocasión, les llevó no sólo por la Sierra de Ávila sino, también, por la zona de Pinares. De hecho, fue en la localidad de El Hoyo de Pinares donde los motoristas y sus acompañantes realizaron un alto en el camino para reponer fuerzas antes de su regreso a Martiherrero, donde, en el restaurante El Porvenir se celebró el almuerzo.

«La verdad es que se les da mucha vida a los establecimientos hosteleros del pueblo», decía el alcalde de la localidad, que hablaba también de cómo, de manera indirecta, la Ruta Motera, beneficia a otros establecimientos de los alrededores y de la localidad.

A dos ruedas por la provincia - Foto: Isabel García«Ellos disfrutan del encuentro motero, de sus conversaciones, del entorno...», decía el primer edil, que ya piensa en la octava edición, la del año que viene. «Haces las cosas con la ilusión de que sigan adelante. Así que, las ganas de que esto continúe están intactas», se despedía de nosotros.