Positivismo ante lo terrible

B.M
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Francisco Carrión recibió el Premio de Periodismo en Positivo por su reportaje sobre un proyecto de piscifactoría en campos de refugiados. Hizo una defensa de la profesión, «cuando se buscan historias» interesantes para los lectores

Positivismo ante lo terrible - Foto: Isabel García

Es una historia que podría ser considerada un milagro. La de tener peces en el desierto. Esto es lo que cuenta en trabajo del periodista granadino Francisco Carrión Molina, que este miércoles recogió el Premio de Periodismo en Positivo que convoca la Asociación de Periodistas de Ávila, con el patrocinio de Nissan.

El reportaje ganador, titulado 'El milagro de los peces en el desierto', cuenta la puesta en marcha en los campos de refugiados de Tindouf de una piscifactoría para abastecer de pescado fresco. Una historia hecha a pie de campo y que nació de las palabras de un periodista que sacó un hilo de positivismo en una situación terrible. Asumiendo la «responsabilidad extra» de un premio que viene de sus compañeros, defendió un galardón que busca lo positivo porque «es necesario reivindicar la profesión, que el periodismo es imprescindible en la opinión pública cuando se hace buen periodismo, cuando se buscan historias, cuando se va más allá de las declaraciones políticas y cuando se hace algo que pueda ser considerado interesante por los lectores».

Afirmó que «los periodistas tenemos un reto enorme en un momento muy delicado para la libertad de expresión y la libertad de prensa en todo el mundo», también España» y ese reto es «reivindicar con nuestro trabajo a diario la necesidad de un periodismo responsable, porque creo que hay que insistir en que la información es poder, que cuando se toman las mejores decisiones son las decisiones informadas y que hay que recordarlo una y otra vez para reivindicar nuestro trabajo en un momento de precariedad, de números rojos, de empresas que maltratan a los trabajadores».

La historia que cuenta es personal y emotiva. Lo es porque se hizo periodista por los saharauis, por sus hermanos que mantiene y con quienes tenía la deuda pendiente de visitar los campamentos. De ahí surgió el reportaje ahora premiado, de su «reencuentro con mis hermanos saharauis». Allí le hablaron del proyecto de hacer una «piscifactoría en mitad del desierto, la primera en un campo de refugiados en todo el mundo y me pareció algo maravilloso porque es una muestra de resistencia tras 47 años y es aportar pescado fresco a una dieta muy pobre» porque «hay que recordar que la mayoría de la población saharaui tiene problemas muy serios de salud derivados de a falta de alimentos». Y él, que ha estado en territorios devastados de Siria o Irak, asegura que no ha visto «nunca una situación tan terrible para los derechos de la población».

En un acto en el que el premiado estuvo acompañado por representantes de los periodistas de Ávila, pero también del mundo político, de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y, en general, de la sociedad abulense, el presidente de la Asociación de Periodistas de Ávila, José Pulido, destacó que el trabajo ganador es «magnífico» y responde además «a la idea de periodismo en positivo, un periodismo en el que tratamos de recoger informaciones en las que la gente es protagonista a través de hechos positivos en el sentido de la creación, emprendimiento, inclusión, solidaridad, invención, paz, derechos humanos». Sobre el periodista, destacó su juventud, acompañada de una experiencia «de muchos años, sobre todo trabajando en el extranjero como corresponsal, freelance».

«El premio tiene una enrome calidad y el premiado es un periodista joven y de combate, de esa tribu que está jugándose la vida para tenernos informados», aseguró.