El Real Ávila sigue progresando. De menos a más, los pupilos de Jonathan Prado dieron un paso adelante ante un Atlético de Madrid que, pese a su juventud, dejó claro que tiene entre sus filas algunos de los mejores juveniles Sin embargo no le fue suficiente ante un Real Ávila que sigue sumando minutos, goles y errores. Porque como ante el triunfo ante el Pozuelo y como recordó su entrenador, el equipo aún debe mejorar. Demasiados errores en salida, demasiadas pérdidas en un equipo que quiere tener la pelota, que debe mandar y que empieza a enseñar sus cartas de los que deberán tirar del carro hacia adelante. Funcionaron Peli, Jorge y Ortiz en el centro del campo, Rubén Ramiro está fino y se esforzó James por abrirse un hueco en el equipo. Dejó sus ganas y un balón al palo que pudo ser el 3-0 en un partido que llegó a su final con ganas de ver más de Gato. Promete.
Nuevo amistoso, nuevo once. Sigue con las pruebas Jonathan Prado para un Real Ávila que se encontró con un avispado Atlético de Madrid. Los juveniles no se dejaron impresionar por el escenario, un Adolfo Suárez que llegaba con ganas de ver goles y que se quedó con ganas de celebrar el primero cuando Javi de Mesa tiró de receta propia. Se perfiló desde el externo, amagó, se marchó por línea de fondo y le regaló a Ortiz un balón –minuto 19– para empujar a la red. Llegó, pero sin fuerza. Detuvo sin problemas Saldaña.
Era la primera de los encarnados, hasta entonces imprecisos ante un Atlético que quería moverla con Ajenjo. Mandaba, robaba y ordenaba. Lo tenía todo y tenía el ritmo del partido en sus botas. Se acercaba el Atlético, pero no terminaba de morder hasta que le pusieron sobre la mesa el mejor bocado. Erró Rafa en la salida. Allí donde Jonathan Prado sigue recordando que los fallos son goles, se la dio a Marc. Evitó la entrada de Jorge y le puso rosca al disparo para que Alberto tuviera que estirarse a la cepa del palo contrario y evitar el primero.
Acabó la temporada pasada siendo uno de los baluartes del equipo y sigue demostrando en pretemporada que lo sigue siendo. Volvería a ser determinante cuando sacaba con los puños un disparo a quemarropa de Marcio, que con un amago se abrió hueco entre Damián y Oli. Tenía ritmo el partido. Para Corozo, a prueba, no era un amistoso. Se sigue buscando lateral derecho. Para el colchonero Marco tampoco. Subió a rematar una falta y acabó encendiendo los ánimos y encarado con ‘todos’.
Se hacía dueño del partido el Atlético pero abrió el marcador el Ávila. Botó Ortíz el córner y Oli cabeceaba con autoridad al segundo palo para poner el 1-0 al borde del descanso. El balón parado sigue siendo una de los mejores recursos de los encarnados.
No pudo comenzar la segunda mitad de la mejor manera cuando Ortiz le sacó el penalti a Álex. Falló Lama en el despeje, buscó el cuero el mediapunta encarnado y le arrolló en el área pequeña el portero. Peli, como el curso pasado, tomó el cuero para hacer el 2-0 (minuto 47). El pelirojo no entiende de ‘maldiciones’ desde los once metros.
Se relajó el Ávila, cometió penalti Albert y Nacho, desde los once metros hacía el 82-1)#en el 67’ para recordar que aún quedaba partido por delante. Lo suficiente como para ver a Rubén Ramiro hacer el gol de la noche –minuto 81– en un lanzamiento de falta, desde el lateral del área y con tanta rosca como intención para colarse por el palo corto ante la atónita mirada de Álex, que volvería a recoger el balón del fondo de la red en el 90’ (4-1).