Alrededor de medio centenar de acuarelistas procedentes de 40 países se dieron cita este miércoles en la capital abulense para plasmar en dos grandes cuadros la belleza de Ávila en una actividad enmarcada en el II Festival Internacional Watercolor Spain.
Los concejales de Turismo y de Cultura del Ayuntamiento de Ávila, Carlos López y Ángel Sánchez, respectivamente, dieron la bienvenida a estos acuarelistas que estuvieron en el jardín de San Vicente, realizando dos acuarelas gigantes de diez metros de longitud, que han donado al Ayuntamiento de Ávila, para su exposición en el palacio de Los Verdugo, con el objetivo de que «se quede un recuerdo para siempre de lo que hemos hecho aquí de manera conjunta», explicó el vicepresidente de la International Watercolor Society (IWS), el abulense Pablo Reviriego, quien explicó también que «una vez concluida la acuarela gigante, cada pintor pintará las calles y monumentos de Ávila por donde quiera. Queríamos haber hecho una vista panorámica desde los Cuatro Postes, pero finalmente hemos venido a esta jardín de San Vicente», a donde han acudido «grandes pintores, primeros acuarelistas del mundo», explicó Reviriego.
Estos pintores se dan cita en Madrid estos días con motivo de este festival en el que sus participantes han visitado también Segovia y Toledo, con el objetivo de plasmar en sus acuarelas rincones de cada destino. Llegados de Portugal, Alemania, Canadá, Islandia, Italia, Argentina, Chile, Escocia, Tailandia o Turquía, entre los participantes en la iniciativa de Ávila ha estado el turco canadiense Atanur Dogan, presidente y fundador de la International Watercolor Society, quien ha destacado esta actividad y el mundo del arte en general y la acuarela en particular como elemento para unir culturas.
«Estamos haciendo Madrid Capital Mundial de la acuarela con pintores de todo el mundo, entre ellos los mejores de España», destacó Pablo Reviriego, quien reivindicó a la acuarela como «una técnica maravillosa y muy difícil, más que el óleo incluso. Ahora estamos cogiendo mucha fama y está muy reconocida. Era una técnica menor hasta hace 8-10 años, pero ahora es como otra cualquiera. Se pinta desde el realismo a la abstracción. Es muy bonita pero muy difícil. Para hacerla bien hay que trabajar muchos años y hacer mucha práctica, hay que pasar muchos años practicándola para dominarla. La pintura para nosotros es la vida, nuestra ilusión, todo. Ahora no se vende poco, pero disfrutamos mucho».
Por su parte, el presidente de la International Watercolor Society destacó el hecho de que «es importante pintar juntos, en paz y armonía, gente de diferentes países y de distintas religiones, buscando la paz a través de la pintura», al tiempo que resaltó que «esta es también una oportunidad para que la ciudad se pueda promocionar turísticamente».