Jorge Pato

Teoremas y conjeturas

Jorge Pato


Anestesia general

20/06/2022

Hay muchas ocasiones en las que ciertos comportamientos sociales se escapan de las leyes de la lógica. Podríamos pensar que es una mera consecuencia del intento de lobotomizar a la sociedad que está haciendo este gobierno desde diferentes flancos, pero aún así no tiene ningún sentido la enorme paz social que reina en España a pesar de todo lo que nos ocurre.
Hay que preguntarse cómo puede ser que a una señora a la que se le imputan unos delitos tan graves y deleznables como los de Mónica Oltra, le salga gratis decir que no dimite y que todo es fruto de una conspiración de la extrema derecha. Al final, como ocurre en muchas ocasiones, acaban en el mismo lado de aquellos a los que criticaban, puesto que es lo más parecido a aquel soniquete franquista de la conspiración judío masónica que valía para amparar cualquier mal de la sociedad. 
Con independencia de lo que determinen los tribunales de justicia, el mero hecho de verse envuelta en todo este proceso debería implicar su dimisión, su cese o en caso de que no ocurra ninguna de ambas cosas, la movilización de la sociedad valenciana para hacer que a esa señora se le expulse de la vida pública.
Pero todo esto también existe en otros ámbitos en los que sería impensable que la sociedad no reaccione.
Tenemos la gasolina en unos niveles de precio jamás conocidos y con unas perspectivas que auguran el coste de tres euros por litro de combustible dentro de unas pocas semanas. ¿Cómo puede ser que nadie quiera movilizarse?
Igualmente ocurre con la inflación, algo tan absolutamente diabólico que nos roba dinero de nuestro bolsillo día a día. Que empobrece a todos los ciudadanos sin distinción de clases sociales. Pero aún así nadie se echa a las calles. Lo más deshonroso de todo esto es, qué cuando se anuncia un recorte en las aportaciones a los sindicatos, ahí sí que se llama a la movilización. Cuando lo más lógico es que en un país avanzado los sindicatos, partidos políticos, la patronal y demás entidades se nutran económicamente solo con las cuotas de sus afiliados.
Por no hablar de esa amenaza velada al hilo del resultado que pueda haber en las elecciones andaluzas, en la cual si no se alcanza el objetivo que quieren los socialistas, encabezados por la mente preclara de Adriana Lastra, entonces habrá que tomar las calles como ya ocurrió en las anteriores elecciones autonómicas. Rodear el Congreso o una Amablea autonomía es una técnica propia de totalitarios y fascistas. Esto ha ocurrido en nuestro país y no ha tenido ninguna consecuencia, ni ninguna respuesta social que hubiese puesto a todos esos que querían coartar la democracia de nuestro país en el lugar que merecen, que concretamente es fuera de la política.
Pero que vamos a esperar cuando los herederos de los asesinos de ETA y aquellos que quieren destruir la unidad de la nación son los que llevan el timón del gobierno de nuestro país. Urge, si no queremos que se vea nuestro país hundida en la más absoluta miseria, la convocatoria de unas elecciones generales. Estoy convencido de que nuevamente el desastre económico que cada vez que gobiernan los socialistas se siembra en España, vendrá a ser solventado por las políticas liberales y verdaderamente progresistas del Partido Popular.